FLOR DE UN DÍA

DSC07864

—La gente anda desesperada gastándose el medio petro, compita.

—Eso es por dos razones.

—Y cuáles son esas razones que usted dice.

—Bueno, una es por la pelazón.

Porque esos bonos son flor de un día.

Lo mismo que el mísero salario.

Fíjese, la comadre cobró la pensión la semana pasada.

Compró un pan dulce y una medicina, y ahí se gastó toda la pensión.

En dos cositas, nada.

Antes que llegara el chofer, la pensión le duraba todo el mes. Y le alcanzaba para la medicina y la comida.

Esa es la primera razón. Que el medio petro no alcana para nada.

—¿Cuál es la otra?

—Es qué nadie confía en este gobierno y menos en el petro.

Por lo tanto, tratan de lo salir lo más rápido que de esa guarandinga convirtiéndolo en bolívares o comprando lo que sea.

Nadie tiene confianza en los chavecos y menos en lo que dicen.

Además, como la gente siempre anda preguntándose ¿Qué va a pasar?

Puede ser que en cualquier momento pasé algo y el medio petro no valga nada o se olviden que existió.

Y hasta eliminen la página patria y quien lo tenía ahí sin gastarlo lo pierda.

La gente no es pendeja, aunque los políticos digan lo contrario.

La gente lo que aplica es el sentido común y con ese sobrevive.

—Así mismo es.

Le ven a uno cara de bolsa y por esa se la aplican.

Más de uno he oído decir que ya se gastaron el medio petro, en medicina y lo que quedo en comida.

Que debe ser en queso o yemas, porque no das para más.

Cómo usted dice, flor de un día.

—Y si la riegan no retoña.

Como cantaba el Pedro Infante, que Dios lo tenga en su santa gloria.

Así estamos viviendo de lo poco y con mucha necesidad.

—Pero, ya anunciaron el bono niño Jesús.

—Así es, el Chuo.

Cien mil sober-ano. Un frasco de aspirina está en más de 150 mil sober-anos.

Y una crema dental a más de 40 mil, una crema dental cuesta un tercio de la pensión.

Y todavía hay unos hablando de libertad.

Incluso la otra vez oí a alguien decir que lo primero era ser libre y después se veía.

Pareciese muy buena la idea, pero eso lo piensa quien tiene para el plato de comida. Quien no, piensa primero por la panza.

Y aquí es donde tiran el anzuelo los chavecos.

De dónde sacaran esa plata para regalar esos bonos, qué tampoco es que sea mucho. Pero de algún lado sale esa plata.

—Y la industria petrolera está casi mortadela.

No hay trabajo, las pocas empresas que quedan van cerrando poco a poco.

Pero ahí vamos en este despeñadero.

—No se ponga pesimista, que todavía nos falta celebrar el año nuevo.

Aunque sea con agua, lo que no le aseguro es que sea fría porque con tantos apagones puede ser que esté tibiona.

Imagino que usted se va para Dubai a celebrar la llegada del año nuevo.

O por lo menos a Guatire.

—Con lo que me queda no llego ni al Centro.

Le dijo eso.

—Es decir, que usted está más recortao que manga de chaleco.

¿Ya le echó el hueso del cochino a las caraotas?

—Ya lo tengo listo para eso.

—Bueno, voy a ver de qué es aquella cola que hay allá.

No se de mala vida, porque es la única que tiene.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

BONOS VAN BONOS VIENEN

Topochos 01

“con relación a los hombres no ser demagogo, obsequioso, ni buscar el favor de la turba”

Marco  Aurelio

—Solo le digo esto, que lo oí cuando iba entrando a la Estación Ciudad Universitaria.

Porque este gobierno de dádivas no para de dar bonos, pero que igual nos tiene pasando la roncha parejo.

Estos chavistas gobierneros son pura demagogia.

Con el falso discurso revolucionario exprimido hasta sacarle el jugo. Ya no da para más.

El gobierno se la da de obsequioso con las migajas que reparte y los chavistas encumbrados se quedan comiendo el lomito.

Yo no sé quién será ese Marco Aurelio.

Pero lo que si le digo es que estos chavistas ya no tienen el favor de la masa, porque la volvieron mazamorra.

—Así es compita.

Como la ha dicho ese compa.

Esa ha sido la práctica de este gobierno y no le gusta que se lo digan.

Porque de una empiezan a hablar de ideales y de no sé que otras cosas.

—La gente no se ha podido comer el petro y ya anunciaron el niño Jesús.

La gente no haya cómo hacer para cobrar el petro.

—Es que el hambre no deja pensar con claridad.

Anunciaron el petro como una gran cosa y eso no alcanza para hacer una buena compra como Dios manda.

—Es una limosnita.

¡Dios bendito!

A punta de migas quieren mantener a la población.

Mientras el oro de la Nación viaja en aviones de particulares con prepagos incluidas.

—A pues, bonos van y bonos vienen.

Se acuerda cuando estos chavecos criticaban la Venezuela rentista.

Ahora están aplicando la misma con más furia.

Ese es el socialismo del siglo XXI.

—Por ahí salió navarrito diciendo que el chofer es de derecha.

—Igual que el otro.

Nunca van a admitir que la izquierda fracasó.

Y qué este es el modelo de gobierno que siempre quisieron implementar.

—Eso no lo van a aceptar nunca.

Cuando empiezan a explicarse dan más vueltas que un perro antes de echarse.

Que si esto, que si aquello.

Pero no le toquen los ideales de izquierda y el bendito proyecto del difunto, porque es santa palabra.

Se estiran y se encogen, pero no admiten el fracaso.

Es una política rastrera tener a la gente babeando por un bono, a ver si algo compran.

Aunque saben que con eso no resuelven nada.

Ya casi todos los precios rondan por los cien mil sober-anos.

Y este promete un bono de cien mil cómo si fuese el gran resuelve.

—Caras duras es lo que son.

—Y dígame, que no le he preguntado.

¿Cómo pasó la navidad?

—Bueno un vecino nos regaló cuatro hallacas y con el pedacito de cochino completamos.

La comida la pasamos con agua.

Porque cómo dice el dicho: el pobre con agua ajusta y los chavistas con lo que le gusta.

—¿Cómo estuvieron por su casa?

La misma, pero sin hallacas.

Silencioso todo, porque hasta los tumbarranchos se hicieron incomprables.

—Así es.

Todavía falta la noche vieja.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

IMPEACHMENT

75264868_10221239051464811_7056648232448819200_n

—Compita, tengo desde hace tiempo leyendo esa bendita palabrita impeachment.

¿Qué quiere decir es cosa? Usted sabe.

—Le voy a ser sincero, yo también tengo rato oyendo que la mientan, pero no sé que significaba.

Creo que es una palabra en inglés, porque siempre que la nombran mientan al compadre Trump.

—¿Y ese es compadre suyo?

—Claro, él me bautizó a uno de los sute. Yo le tengo mucho cariño.

Como le dijo, no sé que significa esa palabra.

A lo mejor tiene algo que ver con los aguinaldos porque hace poco votaron, la semana pasada creo, por darle el bendito impeachment.

Cómo que se lo querían dar para el 24 pienso que es parte del aguinaldo.

—No creo, porque tienen mucho tiempo mentando esa cosa.

Yo creo que más bien significa otra cosa.

—¿Qué cree usted que significa?

¿Usted estudió inglés?

—No, nunca lo he hecho.

Pero es que esa gente cada vez que nombra esa palabra habla de sacar al hombre del coroto.

Así como hicieron aquí con Pérez, se acuerda.

—Claro que me acuerdo de eso.

—Bueno, yo creo que impeachment es algo así como darle una patada por el trasero, para no decir una grosería y vayan después los aporreados y nos censuren por estar de mal hablados.

Una patadita y mandarlo pa´l cipote viejo.

Yo creo que eso es lo que significa.

—Podría ser, habría que buscarse un diccionario y consultarlo.

Pero si la cosa es así como usted dice, a muchos aquí le quieren dar su impeachment.

—Y varios impeachment les quieren arriar.

—Mire como aprende uno cosas conversado.

Uno antes decía esas groserías, que te den una pata por el …. Cuando existe una palabra culta para decir eso mismo.

¡Impeachment!

Incluso hasta elegante es la palabra y como dicen ahora políticamente correcta.

¿Usted cree que aquí quieren darle su impeachment a estos?

—Si los dejan que se acerquen le dan varios impeachment.

Es que les tienen unas ganas, no importa si son chavecos o de oposición. ¡Toma tu impeachment!

—Eso sí es verdad.

Esa palabra es algo así como una batuquiá contra el suelo.

Como decía la comadre «lo batuquió tanto que parecía mazamorra».

Así le quieren hacer al compadre.

—A ese solo no.

Fíjese que en este estero se la tienen cantada a más de uno para darle su impeachment.

Le tienen el ojo puesto y la medida aplicada.

Porque son unos azotes, hacen una fortuna de la noche a la mañana y muertos de la risa.

Son unos espejos sin luz.

—Todos para ellos y para los demás ni un reflejo.

Unos alpargatuos y de pronto andan viajando en avionetas y yates propias.

Qué le parece.

—Así  es.

De socialistas a millonarios.

Debiesen hacer una franquicia como esos programas de quién quiere ser mentecato.

Les sale su impeachment y bien arriado.

—Quién sabe si al catire le aplican eso.

Tienen que hacer una votación para ver si le dan la cosa e imagino que después votaran para ver quién se la da.

Aquí cualquiera le arrea una patada al ciudadano en cualquier protesta, por justa que ésta sea.

Se acuerda que Ledezma les mandaba a dar a los pensionados sus impeachment y se los daban.

—A esos viejos les dieron sus impeachment

Seguro él diría que eran unos impeachment justo.

Mire las caraotas del clap y que salieron piedra, me comentaron.

Voy a ver cómo le quedaron las de la comadre.

Nos vemos más tardecito.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

PARTIDOS POLÍTICOS

68720923_2804902546205572_8057109337329369088_n

—Mire camará, en 1926 el fascista Mussolini disolvió los partidos de la oposición, entre ellos el de Gramsci, y eliminó la libertad de prensa. Un grupo de policías irrumpió en la casa de éste y lo detuvieron en contra de toda legalidad saltándose su inmunidad parlamentaria, se lo acusó de conspiración, apología del delito e incitación al odio de clase.

¿Se le parece a algo?

—A algo.

—En estos últimos veinte años los partidos políticos de ambos bandos se convirtieron en unas máquinas de fabricar pasiones colectivas.

Usted bien sabe que las pasiones nublan el entendimiento y nos impiden pensar con claridad.

Los partidos han hecho que una frase y su contraria puedan ser a la vez verdaderas, al derecho y al revés es lo mismo.

Estos politicastros han hecho de la política una telenovela, por eso la gente se ha dejado arrastrar por la misma ciega pasión que cuando ven un partido de fútbol o la telenovela.

La gente no vota, sino que ficha.

Dígame usted, cuántos se detienen a oír lo que en verdad dicen los políticos de gobierno o de oposición, la gente no debate sobre política sino que discute a grita pelao y se acalora con el vecino, con la mamá, con el hermano.

—Esto es la sinrazón.

—Los venezolanos en vez de pensar en el bien común, vivimos la política como una lucha encarnizada que busca derrotar y destrozar al adversario.

Cada político ahora es un enemigo.

Los políticos nos han inculcado que quien opina diferente a nosotros es un ser hostil.

Recuerde al difunto y demás cohorte, lo mismo han hecho los de la oposición.

¿Qué hacen los partidos?

Alimentan nuestras más bajas pasiones: el miedo, el odio, la ira.

—En eso se la pasan todos los días.

No tienen otra ocupación.

—Los partidos políticos se la pasan ejerciendo presión sobre la colectividad, sobre el pensamiento de cada persona.

Y aplican aquello de «el que se mueva no sale en la foto».

—La sumisión al partido, se llama eso.

—Así mismo es, más claro imposible.

Sumisión y obediencia a la voluntad del líder.

—Por eso es que la oposición se volvió majarete con aquello de la Mesa de la Unidad, cabeza que se asomaba cabeza que volaban.

—Y no digamos nada del difunto.

Lo que pretenden es que la gente se quede callaita, si quiere recibir algo de hueso.

—El chantaje, nada más.

—A los simpatizantes del partido se les da el kits de argumentos donde está detallado lo qué tienen que decir y cómo deben defenderlo.

El que se salga del guión es execrado.

El que se mueva más allá de la línea marcada es acusado de traidor.

—Y le dijo, la primera y única finalidad de todo partido político es su propio beneficio.

Ni la verdad ni la justicia ni la utilidad pública son la prioridad de estos políticos.

—Por eso es que usan la mentira y la injusticia para el beneficio de ellos.

A estos rufianes no les gusta que les digan la verdad porque los incomoda.

Los partidos políticos se ha convertido una maquinaria de corrupción y por eso cada vez se parecen más a las bandas del crimen organizado.

Por eso es que el fantasma del fascismo anda despierto.

Los políticos tienen los mismos discursos que se dijeron en la primera mitad del siglo XX. El nacionalismo, la crítica populista de la democracia y de las instituciones están en  boca de estos menestrales de la infamia.

—Las mismas mentiras y los mismos eslóganes se difunden por las redes sociales como arroz picao.

Estamos entrampados en esas bajas pasiones que han cultivado los políticos contra la población.

Así nos tienen.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

HARINA DE TRIGO

76728930_2712165128822493_9220110254006599680_n

—Buenas, cómo están por aquí.

Dónde está la gente, con permiso.

Compita ¿qué está mirando ahí tan concentrado?

—Mire usted.

—Caramba esta harina está llena de gorgojo.

Está harina tiene que estar vencida.

¿Cuándo la compró?

—Que yo recuerde, la compré en julio o agosto de este mismo año.

Y ha estado almacenada aquí en esta despensa.

—Vamos a ver la información que trae el paquete.

Aquí dice:

CHEPELCA

Harina de trigo Integral

E 06/19 V 06/20

L: 3531011306.

El código de barra tiene el número

7 592532 001103

—Esta harina la empacaron según el paquete en junio de este año y debiese vencerse el próximo.

¿Cómo se explica que esté llena de gorgojo?

¿Qué le pasó a esta harina?

—Mire, hay una posible explicación.

—¿Cuál es?

—Le dijo y ponga mucha atención

En este país no se siembra trigo para una producción industrial del mismo.

Todo el trigo que aquí se usa es importado. No sé de dónde.

Lo importan los chavistas, sean del gobierno o los que tienen las manos metidas en los negocios.

Los puertos usted sabe que son propiedad del general.

—Y qué explica todo eso que usted está diciendo.

—Veamos lo siguiente:

Quién sabe dónde compran esa harina de trigo los chavistas.

A quién se la compran.

Si esa harina pasa algún control de calidad, que lo dudo.

Porque cómo es posible que una harina que tiene seis meses de empaquetada tenga gorgojo.

No puede ser culpa de la empresa.

Porque quien le suministra la harina de trigo a la empresa son los chavistas. Que son los únicos que importan.

—A menos que la empresa la haya tenido encaletada y la haya sacado en esa fecha.

—Tendrían que averiguar ese asunto.

—Todo eso está muy bien, pero ¿qué quiere decir usted con eso?

—Lo que yo sospecho viendo como está esta harina.

Es que los chavistas compran harina de trigo que ya está vencida y la importan como de primera calidad.

Practica nada nueva.

Porque no hay otra explicación para que esta harina de trigo empaquetada en junio del 2019 en diciembre del mismo año tenga gorgojo.

Tienen que estar trayendo harina vieja y la venden como nueva, esa es la única explicación que puede haber.

Estos vagabundos están enfermando a la población con esa harina de trigo vencida que importan.

Esa es la basura alimentaria a que nos tienen sometidos estos chavecos.

—En lo que usted dice tiene mucha razón.

Una harina no se puede vencer a los seis meses de empaquetada y que tenga gorgojo en tan poco tiempo.

—No hay otra explicación, compita.

La importación de la harina de trigo tiene que ser con harina vieja y vencida.

Que ya nadie en el mundo se quiere comer.

Y que seguro los chavistas la compran a dos lochas porque ya está vencida y luego la revenden a dólar monitor.

Tremendo negocio tienen montado.

—Y no me vengan a decir que la harina no tiene gorgojo, porque aquí están caminando a sus anchas.

Incluso creo que están gritando ¡Así, así es que se gobierna!

—Seguro que por ahí sale uno a decir que es una fake news.

Porque desde que el chofer decretó la dolarización today solo hablan en inglés.

—Los gorgojos los estoy viendo yo, no me lo están contando.

La harina de trigo tiene gorgojo, quiere decir que a los seis meses de empaquetada ya tiene rato que está vencida.

Basura alimentaria es lo que importan estos chavistas.

—Váyase pa´l carajo viejo, a estas hemos llegado.

A comer basura de importación.

Cómo estará la harina para hacer el pan.

—Ya no se puede con estos chavecos.

Qué otros bagazos traerán en esas importaciones que tienen montadas a costa del hambre de la gente.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

BURUSAS

80004068_2407404216048966_4336119653995642880_n

—Lo veo cómo encalamocao.

Qué pasó le cayeron mal los chicharrones, porque ayer pasé por hay y olía a chicharrones.

 Esa paila chirriaba con ese cochino.

Lo veo con la mirada extraviada.

—¡Epale! Palo de hombre, qué lo trae por aquí.

¿Cómo ha estado?

—Bien, pa´l tiempo, como quien dice.

—Los chicharrones ya me los comí, que la comadre hizo unos que les quedaron muy buenos.

Como decía Herrera Campins cuando el cochino es gordo hasta el rabo es chicharrón.

—Imagino que con el pedacito de cochino.

—De ese mismo fue.

No hay de otra, si este gobierno lo tiene a uno comiendo en la suela de su zapato.

Ya las yemas y el queso pasaron de los 150 mil sober-anos.

El pensionado que viva solo es hombre muerto.

No dan descanso estos muérganos.

Y por eso estaba así, como usted dice extraviado.

Estaba pensando que la misma mano que lo hace pasar a uno hambre le tira unas burusas para que uno crea que ya está en la abundancia.

Le lanza unas migajas para que uno se quede tranquilo.

—Esa es la estrategia.

En una mano el garrote y en la otra unos cuantos pellejos para contentar al circo.

Antes decían pan y circo, lo que medio quedó es el puro circo.

—Con la carpa rota y toda desguañingá.

—La estrategia es tenerlo a uno pasando hambre y necesidad.

Así se domina a una población, con eso buscan que se ponga sumisa y a su merced.

Y como usted dice, luego se le lanzan unos pellejos y se le dice que el gobierno los quiere mucho.

—Sin embargo, la gente anda con una tibiera todo el tiempo.

—Y no es para menos.

Después que se coma el pedacito de cochino, con qué se compra un cartón de yema o un kilo de queso.

Ya la harina de arepa va por los 40 mil.

Y el verde va rumbo a los 50 mil y dele pa´lante.

—Están haciendo negocio con la miseria de la población.

La vida depende de si usted tiene dólares o no.

Una vergüenza es esto.

—El gobierno reparte migajas para tenerlo a uno boqueando.

Y todavía falta que en el mensaje navideño el chofer nos desee las mejores navidades del mundo.

Porque estos nacionalismos revolucionarios nos echan unas muelas en las que se nos promete un final feliz, para así justificar todas las penurias miserias en que vivimos.

—La realidad es que no se puede vivir con lo que se gana.

Que no haya más gente muerta es un milagro.

Porque este es un gobierno de burusas y migajas.

—Con eso quiere tener a todo el mundo de rodillas.

—Rodilla en tierra, decía el difunto.

—Estos nos la tienen aplicada con esa.

Nadie puede levantar cabeza en este erial, porque de una vez lo descabezan.

Por hay está el primo Julio tratando de volver a poner a andar la bodeguita y eso le cuesta comprar un poquito de mercancía.

Todos los días lo llaman para decirle que ya los precios cambiaron.

Cuatro coroticos tiene el hombre.

—Así lo vi el otro día.

Guapeando está ese cristiano.

—Tanto da el agua al cántaro hasta que se revienta.

De burusas en burusas nos llevan estos chavistas, pero la población se la está anotando a diario.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

UN POLICÍA EN LA CABEZA

75594595_1423784287796144_4433314338702360576_n

—Usted sabe que la manera de ser de las personas va cambiando continuamente a lo largo del tiempo.

—Eso tengo entendido.

—Bueno compita, las personas vamos alterando nuestra forma de ser o porque nos obligan que es en la mayoría de los casos o porque deseamos hacer algunos ajustes.

Fíjese que poco a pocos los ciudadanos van cambiando con respecto a lo que eran en un pasado reciente.

Es imperceptible el cambio pero está ahí.

Ya podemos hablar de un venezolano del siglo XXI, que poco deja de parecerse al del siglo pasado.

—Así es, ha habido cambios.

Aunque muchos lo quieran negar o se aferren a las nostalgias del pasado.

—Quienes nos quieren hacer creer que continuamos siendo iguales e incluso mejores son los chavecos.

Nos están aplicando desde hace rato lo que se llama ingeniería social.

—¿Cómo es eso? Explíquese y expláyese.

Agarre cancha y sin miedo.

—Vivimos en una ficción revolucionaria disfrazados e interpretados por unos individuos que nos quieren hacer cree seguimos siendo iguales, que hay cosas que permanecen inalterables a pesar de los cambios ocurridos.

Estos nastuerzos nos siguen aplicando un discurso siglo XIX y de dominación panfletaria, que de tanto repetirlo se está incrustando en la piel de la gente.

—Interiorizando, diría la gente culta.

Tenga el ejemplo de la bendita caja clap, eso es carbohidrato. Basura alimentaria.

Eso ha generado una serie de relaciones que no se vivían antes.

Las relaciones de los miserables en que nos han convertido y que estamos ansiosos porque nos entreguen la caja, y en torno a ese evento se generan una serie de conversas que refuerzan la misma actitud de miserables sociales.

Esta macabra historia que estamos viviendo desde que llegó el chofer al poder se ha hecho normal, cada espectáculo de miseria es normal.

Y así hemos asumido poco a poco semejante espectáculo.

Si llegamos a tener oportunidad animamos al verdugo para que siga adelante y se ensañase contra la población, contra nosotros.

Lo que ayer nos resultaba intolerable hoy se ha hecho normal.

—Le voy agarrando la vuelta, siga.

—La diferencia entre lo que era normal y anormal ha desaparecido.

El poder ha terminado por establecer cuáles conductas son ahora normales y cuáles no.

Estos que controlan los hilos perversos del gobierno deciden lo qué es delito, enfermedad o pecado.

—Y ¿cómo lo hacen?

—A través de la educación, la cultura y los medios de masas se nos adiestra para que consideremos normales los comportamientos que a ellos les conviene.

Hasta que terminamos aceptando esto sin cuestionarlo, como algo muy natural.

Todas las otras conductas que se escapan a los lineamientos revolucionarios son consideradas conductas desviadas y son castigadas. Tome el ejemplo del carnet de la patria, si no lo tiene no recibe el premio porque es una conducta desviada.

Ese es un ejemplo sencillo.

—Estamos siendo educados y adiestrados para pensar que esto siempre ha sido así.

—Exactamente.

Toda la historia de Venezuela se resume al difunto, ahí comenzó y ahí terminó.

Déjeme decirle algo más.

—Adelante, siga

No le ofrezco café porque no tengo.

—No se preocupe por eso.

Nos estamos comportando como le interesa a los que tienen el poder.

Tienen rato doblegándonos.

Nos quieren aplicar una lobotomía social.

El discurso de esta gente está dirigido a cuestionar a quienes critican este orden establecido.

Por eso no es descabellado decir que vivimos en una sociedad disciplinaria en la que se nos instruye abiertamente.

Porque no lo hacen escondido.

Este sistema disciplinario ha ido construyendo un modelo de conducta que se refuerza con premios, entiéndase bonos y todo lo demás para los normales, y con castigos para los anormales los que tienen conductas desviadas.

Por eso es que se ha generado un control social que ha conseguido que interioricemos esto y que seamos nosotros mismos quienes nos castiguemos.

—Usted quiere decir que tenemos un policía en la cabeza.

Con el que nos vigilamos en todo momento.

Y nos advierte de que si se nos ocurre ponernos popy seremos sancionados.

—Así mismo es.

Por ello nos han ido convirtiendo en parte del sistema.

Y muchos han aprendido que deben castigar al anormal llamándolo vendepatria y traidor y, además, burlarse de él porque es anormal.

—¡Virgen santísima!

Lo tengo que dejar y me disculpa.

Nos vemos luego.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

PEDACITO DE COCHINO

calle_canalejas-anos_40_jose_calvo_sotelo

—Razón tenía aquel alemán que le hacía la propaganda a Hitler, usted se acuerda cómo se llamaba ese hombre.

—Qué voy a saber yo de eso.

—Ese hombre le machaba los sesos a la gente hasta que les metía lo que quería en la cabeza y la gente empezaba a repetir como loros lo aprendido.

Y lo repetían como si se les hubiese ocurrido a ellos.

Hasta le pondrían algo de su propia cosecha, que por supuesto no era de ellos, pero ellos así lo creían.

—A dónde quiere usted llegar con todas esas vueltas que está dando.

—Bueno, fíjese compita.

El gobierno vende un pedacito de cochino y a eso lo llama pernil.

El pedacito de marrano no pasa de un kilo y a eso lo llama pernil.

En este estero todo el mundo sabe que un pernil es la pierna trasera del chancho. La pierna completa.

Nada de pedacito, la pierna completa.

Y el hueso quedaba para las caraotas. O no.

—Así es.

—La gente sabe eso, pero repite que le van a vender el pernil.

La propaganda de dominación funciona, y eso es cierto.

El que está esperando comerse un pedacito de cochino dice que ya viene el pernil. Aunque él sabe que no es ningún pernil.

La ilusión inculcada a través de la propaganda está dentro de su cabeza y funciona. Y el gobierno lo sabe.

Por eso insiste en venderle migajas y sobras a la gente y decirle que le está dando comida.

Y el iluso que ve la migaja habla de comida.

Así como sabe que le van a vender un pedacito de marrano y él repite que le van a dar pernil. No se puede contener.

—A eso creo que lo llaman domesticación o amaestramiento.

Acondicionamiento, es la palabra.

—Algo así, por eso le mentaba a ese hombre que le hacía la propaganda a Hitler.

Porque lo ponía a bailar al son que él quería.

Lo mismo está haciendo este gobierno.

—Desde los tiempos del difunto vienen aplicando esa estrategia de sumisión.

Pero ahora está dirigida a la panza, que es donde más duele.

Y es más fácil de doblegar.

—Ya me acordé, se llamaba gobel o gebel o algo así.

De ese han aprendido muchos de estos y no les hace ningún asco.

Porque no se entiende que la gente diga pernil si es un pedacito de marrano lo que está comprando.

En algún momento algo se debe haber soltado o soldado en la cabeza de la gente, después de meterle tanta propaganda política chavista.

La insistencia no es gratis ni gratuita.

Hay algo que no marcha en la misma medida que se mira y se piensa.

—Siempre y cuando el pensamiento sea propio, y no la repetición de lo que otro quiere que uno piense.

—Eso es muy verídico, lo que usted dice.

Es como si yo probara el azúcar y dijera que es sal. Porque alguien me metió en la cabeza que es sal.

Me explicó.

—Claro como el agua.

Eso es lo que vemos a diario. Usted sabe que nadie se quiere morir y todos buscamos sobrevivir.

Y ahí es donde los chavista han conseguido el lado flaco de la gente y así apretarle las tuercas del acondicionamiento.

La combinación hambre y miedo a morir es fuerte, y esa la han aplicado.

Es lo que puede explicar eso que usted dice.

—Por eso es que la gente está esperando el pedacito de cochino y hablando de pernil.

—No es de otra.

Y otros abriendo la página patria a cada rato.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

DOMINGOS DE JOHN WAYNE

john wayne

Quién sabe cuándo empezó esa horrenda costumbre de pasar todos los putos domingos películas de John Wayne en televisión; por ese entonces yo estaba en esas edades que ahora llaman pre-adolescencia según recuerdo, que pasaran las tales películas era más seguro que las misas en las iglesias.

Como en aquel tiempo solo había tres canales de televisión y cada uno era más siniestro que el otro no había escapatoria, había que sentarse delante de ese aparato a ver pasar las imágenes y dejar que el tiempo transcurriera en el más mortífero hastío.

Todos los domingos y a veces otros días semanas en la noche había que calarse las benditas películas del infame John Wayne, no sé por qué era eso; pero yo odiaba al desgraciado. Era como si una maldición hubiese caído sobre la inocente alma de uno, como si el odio de Dios, diría Vallejos, se hubiese ensañado contra las ganas que uno tenía de ver televisión.

No había forma de escapar de ese anatema. Estaba la calle, es cierto; pero poco a poco ya uno se había alejado de ella, lo quedaba era la esquina y los domingos todo el mundo tenía pereza de ir a pararse ahí.

Esa abominación duró años, quién sabe cuántos y hasta cuándo; tuvo uno que jartarse todos los fines de semana de las infernales películas de John Wayne. Por lo general las pasaban los domingos en la tarde porque los canales de televisión tenían ese día como el día de cine.

Claro ya le habían comido el poco discernimiento a la gente durante toda la semana con las horribles telenovelas que ontológicamente no se sabe cuánto han devastado el mísero raciocinio de la humanidad.

Pero llegó el santo día en que Dios se acordó que la humanidad tenía un lugar en este universo y ese mismo día se murió el protervo de John Wayne, según wikipedia fue el 11 de junio de 1979, y por arte de magia no volvieron nunca más a pasar las horrendas películas del vaquero John Wayne. Eso fue como por un milagro solo atribuible a Dios, a partir de ese día las maléficas películas desaparecieron para siempre y nadie más se acordó de él.

Por esas cosas que han pasado y pasan es que uno no sabe si Dios existe, por haberlo hecho sufrir a uno durante tantos años viendo los esperpentos películeros de John Wayne o porqué por fin decidió que se muriera y librarnos de seguir viendo sus latosas películas.

Si uno sobrevivió a la televisión de esos años y a las de éstos también, porque hace poco volví a ver la televisión nacional y la cosa sigue igual de maleva, sin que el escaso entendimiento no se le pudriera puede ser que tenga la posibilidad de acceder al cielo y ver al mismo Dios que permitió que todos esos domingos pasaran las pérfidas películas de John Wayne.

GATOS PARDOS

78165170_3287187878021385_2373124629683240960_o

—Así mismo es compita, todos son igual cortados con el mismo patrón.

Uno no puede distinguir quién es quién.

—Y cómo lo va a hacer uno. Si estos le meten mano al erario nacional y los otros también.

Así no se puede.

—Cuando refunden nuevamente la República debiesen ponerle por nombre Alí Baba y los múltiples ladrones.

—Como le dice uno que no, sí así mismo es.

El otro día oí a alguien mentar a dos señores que dijeron lo siguiente «La política se apresura a apagar las luces para que todos los gatos resulten pardos»

—Así mismito es. Para que todo sea lo mismo

¿Y quiénes fueron los que dijeron tamaña verdad?

—El hombre mentó a dos paisanos suyos uno era Ortega y el otro creo que se llamaba Gasset.

No sé quienes serán éstos.

—A lo mejor estaban encompinchaos para decirle semejante verdad a los políticos de marras.

Es que estos políticos además de tracaleros y tramperos son demagogos de la peor calaña.

La demagogia de estos demagogos está dentro de su cuerpo y su mente como un mal espíritu.

El demagogo es irresponsabilidad con todas las ideas que maneja, por eso su demagogia termina siendo una degeneración mental.

—Son unos súcubos políticos.

Porque en estos demagogos sean de derecha e izquierda y viceversa solo existe la renuncia a pensar. Que es la causa de los daños y de los malos instintos que ellos poseen por naturaleza.

Estos individuos son banales en su pensar.

—Sí es qué piensan.

—Estos políticos son incapaces de realizar una buena acción porque no reflexionan sobre lo qué es justo y sobre lo qué es injusto.

—Ni saben ni quieren saber qué es eso. Ni le interesa.

—Realizan todo el mal posible porque han renunciado a pensar y obedecen ciegamente a sus bajos instintos.

No es que sean estúpidos o brutos, como mucha gente dice.

No.

Simplemente han desarrollado la incapacidad de pensar decentemente.

Son incapaces de ponerse en el lugar de los ciudadanos, de sus conocidos. Han convertido a la gente instrumento de su propio provecho.

Por eso es que cada día cometen mayores atrocidades contra la nación y contra la gente.

Lo más grave de esta situación es que hay muchos individuos como ellos, que se quieren parecer a estos políticos.

Y uno ve a los políticos en la calle, en la televisión y son terroríficamente normales. Son padres de familia, hijo de una buena señora, hermano de un buen vecino, lo más terrible es su normalidad.

Los políticos de izquierda y derecha pueden llevar a cabo todas sus fechorías porque hay una sociedad que les permite eludir la responsabilidad sobre las consecuencias de sus actos.

Y eso pasa cuando se apagan las luces para que todos los gatos sean pardos.

Para que todos nos parezcamos a esos viles políticos y pensemos que robar y ser corrupto es hacer política.

Esa es la chabacanería de la maldad política.

Que crece y se apropia de una nación cuando uno deja de pensar por uno mismo.

—Y si uno deja de pensar por uno mismo, otro piensa por uno.

Y se aprovechan de esa situación para someterlo y decirle lo que uno tiene que hacer.

—Porque los políticos han creado una sociedad que invita a no pensar.

Y menos a pensar sobre las consecuencias de nuestros actos.

Eso explica que unos individuos desfalque mil millones de dólares a la nación y eso resulte de lo más natural y normal.

—Y sin ninguna consecuencia para el ladrón.

Porque para la nación si la hay.

—Cuando no reflexionamos sobre las consecuencias de los actos corruptos de los políticos y decidimos mantenernos al margen, como si la cosa no fuera con nosotros, porque creemos que la omisión no es una acción con consecuencias morales, entonces se produce el desastre en que nos encontramos.

—Todo esto es culpa de los políticos. Después nos van a decir que la culpa es de todos.

O de los electores como si el elector votará para que lo humillen y lo maltraten.

—A eso lo llaman la democratización de la pérdida o de la bancarrota, mientras ellos disfrutan las mieles de sus ganancias ladroneras.

—Hay que prender la luz para que ningún gato sea pardo.

Y negarse a aceptar las miserias de estos delincuentes disfrazados de políticos.

Le recuerdo que el queso, las yemas, la carne ya pasaron de los 100 mil.

Y le dijo: Por ahora, apriete.