PRESOS / Y VIVAS SANTANA

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—Aló.

—Compita, qué está haciendo.

—Aquí aprendiendo inglés para poder pronunciar los nuevos precios acordados.

Porque debe ser muy feo llegar a la bodega y no entender cuando el bodeguero le diga a uno que el kilo de queso está a “four and fifty dólar”.

Queda uno como un ignorante.

—Esos ponen el  precio en número, no se preocupe por eso. Que ahí lo hacen entender.

A lo mejor en la televisión están enseñando a multiplicar en dólares.

Lo llamo porque quiero preguntarle una cosa

—Eche pa’ fuera esa pregunta

—¿Qué diferencia hay entre preso político y político preso?

—Yo no recuerdo cuál fue la eminencia que hizo es distinción ontológica.

—¿Onto qué?

—Mire si se va a poner a preguntar por todo, lo dejamos hasta ahí.

Así le dicen, no sé qué será eso, pero así dicen los entendidos.

—Siga, compita.

—Un político puede estar preso porque cometió una infracción de tránsito, exceso de velocidad pongamos por ejemplo.

Está preso no por político sino por infractor del límite de velocidad.

—Y en ese caso, que usted mienta, ¿interviene el tribunal militar?

—Yo no me meto en esas honduras.

Ni sé a cuál tribunal le corresponde, a menos que haya chocado con un tanque de guerra.

Ahí supongo que intervendrá, como usted dice, el tribunal militar.

O que se lleve por delante la cerca de Conejo Blanco.

Para que pague la reparación.

—Yo lo pregunto, porque fíjese que a todos los políticos, si es que los llevan a tribunales, los llevan a los tribunales militares.

—A bueno, debe ser que han chocado con algún tanque de guerra.

Y como el tanque es militar, debe ser ahí donde se resuelve ese asunto.

Búsquese a un constitucionalista, que ese sí le dice como es el asunto con claridad.

Pero, a lo que iba antes que usted me chalequeara la explicación, era a esto.

Lo raro es que los políticos que están presos es porque han estado haciendo actividad política.

Y si han estado haciendo actividad política están en lo que ellos hacen política, aunque sea magunche pero política al fin.

Si un político es puesto preso por hacer actividad política entonces ¿qué es? ¿Político preso por hacer política o preso político por hacer política?

—No se ve mucho la diferencia.

—No la ve usted.

Pero los mesiánicos si la ven, porque les conviene.

Porque estos para buscarle las cinco patas al gato son expertos. Le dan vueltas pero la consiguen.

Así como le metieron a uno medio chuzo con los precios en dólares.

—Esa es la verdad pura.

—Yo creo que por eso es que no los llevan a los tribunales, porque esa pregunta no está del todo respondida.

¿Cómo es un político preso si está preso por hacer actividad política?

Entonces van metiendo a la gente en el bote, hasta que Dios se acuerde de ellos.

Creo que no pasan de dos a los que les han dado sentencia, y que no está muy clara la misma.

—Es un problema serio.

Las escuelas de abogados deben estar estudiando esa jurisprudencia.

—Y esa palabrota, deje de estar diciendo groserías, porque los aporreados nos pueden censurar.

Fíjese que el general había cumplido la sentencia que le habían dado, lo soltaron y no había llegado a la esquina y lo volvieron a meter al bote, lo soltaron como de mamadera de gallo.

Desde hace dos meses la hija no sabe nada del papa, así salió en la noticia.

Y de Vivas Santana ni el polvo, y otros muchos más que uno no sabe el nombre de esos cristianos.

—En alguna parte del mundo debe haber alguna explicación para eso de preso político y político preso.

Porque hay un montón de políticos encarcelados, pero ninguno es preso político.

   —Pregúntele al poeta, a lo mejor le recita alguno de sus versos.

Voy a seguir acá estudiando los números en ingles, oiga: uan, tu, tri, four, fai.

Qué le parece.

Estos creen que uno no va a poder sobrevivir.

Están pelaos.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

EL ANIMAL QUE HABLA

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Llegó Heidegger y mando a parar, como decía la canción. Y en este parao enderezó aquel desatino de casi 2.500 años de algún comentarista insensato que interpretó que Aristóteles había querido decir que “zoon logon” era hombre animal racional. Cualquier cosa se podría decir del macedonio, pero desquiciado no era como para llegar a semejante definición.

Ni con la lógica más avanzada, que ya la había expuesto el macedonio, se puede llegar a la conclusión de que el hombre es un animal racional, hasta animal se puede en tal caso, y eso porque se consideraba en ese entonces que tenía alma. Pero racional muy difícil.

Con la cuarentena se puede confirmar que el hombre no es racional. Y para muestra un botón. Si no ha cumplido con la cuarentena y ha salido a la calle es por insensato, irracional, por hambre, porque se hace a la idea que tiene trabajar, como el tullido que supuestamente vende en la esquina del Centro Comercial El Recreo, y cómo va a vender si por ahí no está pasando nadie, lo que vende caleta es marihuana como varios de los que se la pasan ahí todo el día sentados. Y si no salió respetando la cuarentena es por asustadizo, por sumiso a la orden represiva de quedarse en casa, porque tiene miedo de morir, porque tiene internet y comida; pero nunca por una supuesta racionalidad. Lo que menos anida en el alma humana, en el supuesto que todavía la posea, es la racionalidad.

Si se habla de que el desmentizado humano posee razón en tal caso estará en potencia pero nunca en acto, como mentaría el estagirita. Entonces ¿a qué demente se le ocurría decir que el macedonio había dicho eso? Un hombre tan observador e inteligente, no podía llegar a tal conclusión viendo tantos desmanes y dislates.

Tiene razón Heidegger cuando dijo que en verdad “zoon logon” es hombre que habla, y muchas pendejadas además. Pero esto, aunque lo pensó, no lo quiso decir por respeto al Filósofo. Y ya que el Filósofo tampoco lo había dicho explícitamente por cuidar las apariencias, era mejor ser acomedido. Pero de seguro que ganas no les faltaron de aplicarle ese adjetivo que también le asienta le asienta al humano. Y esto lo podemos confirmar en las páginas de Zorba el Griego, pues Kazantzakis dice que aquellos helenos eran desde la mismísima antigüedad habladores hasta por los codos.

Y la verdad es que si uno ve para todos lados lo único que ver hacer al género humano es hablar, no hace otra cosa. Y cuando a este género se le cansó la lengua o tal vez por obra de algún introvertido —no invertido, como podría decir el Cazador Novato— inventó la escritura, que es habladera pero por escrito. Y si alguien dice que cuando está viendo una película en televisión, cine o internet está callado, es mentira; porque está en diálogo con esos interlocutores virtuales.

Razón tienen Aristóteles y Heidegger, el hombre, entiéndase género humano, lo que es, es simple y llanamente, un animal que habla, eso es todo. De ahí no pasa. Diga lo que diga, invente lo que invente, toda su naturaleza radica en hablar.

El mayor castigo que ha conseguido la iglesia católica, no sé si las otras también,  es aplicar a sus miembros descarriados el “voto de silencio”, con eso lo extirpa del género humano, lo convierte en nada. El sistema penitenciario y disciplinario, por su parte, lo llama aislamiento. Que en última instancia es lo mismo, el silencio, el no hablar.

Se imagina la humanidad que en vez de cuarentena le hubiesen ordenado voto de silencio oral y escrito. Hubiese habido una rebelión de las masas, porque puede pasar el hombre días sin comer, pero nunca sin hablar.

“Zoon logon” es el hablador universal por excelencia, no se puede contener ni reprimir. Si no tiene otro con quien hablar habla consigo mismo, se monta unas chácharas de padre y señor nuestro. Nunca permanece sin hablar.

PRECIOS ACORDADOS

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—A locha dice el melcochero.

Aló, dígalo cantando.

—Aló compita, cómo que está contento.

Debe ser que recibió su bono y está buchón.

—Empezamos mal, si vamos por ese camino.

Está guardado o anda como los vendedores de cigarro y café, que andan sin tapaboca y gritando a todo hocico.

—Aquí guardado.

Compita, usted sabe qué es eso de los precios acordados.

—Uno está tranquilo aquí y usted llama para preguntar cada cosa.

Vaya y le pregunta al árabe, él fue el que habló de eso y puso los precios en dólares.

—Es que usted es un hombre que está informado de todo.

—Qué me está queriendo decir con eso, que soy averiguador y chismoso.

—¡No! De ninguna manera.

Ni se me ha ocurrido, aunque a usted le gusta meterle piquete a la cosa.

Pero, no me escurra el bulto y dígame qué sabe de eso.

—Lo que sé es que es una payasada más.

Y sospecho, como sospecha todo el país, que eso no va a servir para nada.

Como no ha servido ningún acuerdo ni decreto o cómo se llame que se haya referido a precios.

¿Por qué pusieron los precios en dólares y no en petros? ¿O en yuanes o en el tal soberano? La lista la mostraron los aporreados.

Y qué a dólar oficial, si eso no existe. El Banco Central es un chabure, aquí manda dólar monitor más nadie.

¿Dónde quedó esa piltrafa de moneda que se llama bolívar soberano?

Tanto que odiaban el dólar y ahí están de rodillas estos mercachifles.

Hoy salen los apologistas a dar loas por los nuevos precios y a decir que eso es lo que se tenía que hacer.

¡Otro triunfo de la revolución!

¡Así, así es que se gobierna!

Lo que sí creo, es que eso de los precios acordados es esto.

—Dígame.

—Que cuando usted pregunte cuánto cuesta el cartón de huevo y le digan 800 mil, usted se acuerde cuando estaba en 40 mil.

O cuando pregunte por un pollo entero y le digan 900 mil, usted se acuerde cuando estaba a 30 mil.

O cuando pregunte por un frasco de aspirina y le digan 800 mil, usted se acuerde que la aspirina costaba tres bolívares la cajita.

Y que si no le alcanzaba en aquel entonces, cómo le va a alcanzar ahora.

Son precios acordados para que usted se acuerde que hasta hace poco un cristiano podía vivir medio decente y comer medio decente en estero.

—Será por eso que hay tanta gente con nostalgia por el pasado.

Y con estos precios acordados, se puedan acordar de los precios ayer.

—Para eso debe ser.

Ya la gente se la pasa viviendo de puros recuerdo.

Se acuerdan cuánto costaba el pan de piquito y las caraotas.

Por eso es que se pasan con eso de éramos felices y no lo sabíamos.

La verdad es que no eran felices un carrizo, sino que ahora se vive tan mal que cualquier tiempo pasado es mejor.

Eso quiere decir ese decreto de los precios acordados.

Que usted viva de acordarse de cuanto costaba una chuleta.

Que estoy seguro que hace tiempo que no se ve una de esas ranchas, ni por esta tampoco.

Los precios acordados será otra burla para la población.

—No pierda la esperanza compita.

A lo mejor esta vez sí es efectiva y se cumple cabalmente.

—Usted se debe acordar cuando el yerno dijo que el precio de cartón de huevos era de 400 bolívares.

Hasta las gallinas se echaron a reír.

Ahora que el dólar está libreta, quién le va a poner el cascabel.

Si lo subieron es porque les convenía.

El bolsa no tienen dólares, el que maneja esa marusa de dólares es quien lo empuja hacia arriba.

Ahora se la van a dar de inocentes, que no saben y que hay especulación.

Especulación hay desde el 2013, y ahora es que se van a dar cuenta.

Cuidado se los lleva por delante un carrito de helado.

Los inocentes.

—Compita, puede haber sido el imperio que presionó para que se diera eso.

—Puede ser, se han visto caso.

Pero ese cuentico no se lo traga nadie.

Dijo yo nadie, pero hay muchos crédulos.

Imagínese a los que creen que con el petro se puede salir de abajo.

O que podemos vivir sin petróleo.

Mire hombre, la conversa está buena pero no podemos alargarnos más.

Hay cosas que hacer en esta rancha.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

MASA Y MAZAMORRA

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—A buena esta, será qué este perol no va a dejar de sonar hoy.

Aló, quién es.

—Está molesto camará.

No venga a pagarla con uno, que lo llama para saludarlo y saber si todavía está vivo.

Si quiere pelear vaya y le forma su samplegorio al hombre ese.

—Cómo está usted, qué se dice.

—La masa se está moviendo, está asumiendo su rol protagónico.

Fíjese en lo que está pasando.

—Me perdona, pero ya viene usted con la misma cháchara de siempre.

Esa muela servía cuando amarraban los perros con chorizos, vale.

Usted va seguir creyéndose ese cuentico de la masa y el pueblo.

Usted, se sigue creyendo eso del gloria al bravo pueblo. Eso era el peonaje parejo que lo arriaban en las levas para que fueran a la guerra como carne de cañón.

Precisamente porque necesitaban masa.

Y los demócratas los pusieron en el himno para darle esperanzas e ilusiones en medio de las desgracias de la guerra.

Le voy a dar un ejemplo, medio malo como todo ejemplo.

Usted va y compra un paquete de harina de maíz precocida, la de mendocita o la que consiga más barata.

Esa harina está deshidratada, verdad.

—Así es.

—Bueno, usted llega a su casa busca un perol y echa la cantidad que quiere y le echa agua, a la media hora vuelve a ver que ha pasado. Lo único que ha pasado es que la harina ha absorbido el agua, se ha hidratado, eso es todo lo que ha pasado hasta el momento.

Usted decide amasarla, porque ella sola no lo va a hacer.

La amasa y la deja ahí; a la media hora vuelve y no ha pasado nada. La masa está ahí inerte, cierto.

—Cierto es.

—Para que esa masa se convierta en arepa, en bollito o lo que sea, usted tiene que hacerlo, la masa no lo hace sola.

La masa se mueve si alguien la mueve, por si sola lo que hace es satisfacer una necesidad o deficiencia y vuelve al reposo.

Hasta ahí llega.

Y usted está creyendo en pajaritos preñados.

Ya está viejo para la gracia, hombre.

—No camará, esto es diferente.

—Mire, diferente es alguien que tiene la cara pa’tras.

Esto es lo mismo de siempre.

Con más o menos hambre.

Por ahí hubo un señor, no recuerdo quien, que dijo que la masa es conservadora, el individuo revolucionario.

El último que movió a la masa en este estero fue el difunto. Antes que él, Caldera en aquel discurso del 92, con que aseguro el segundo mandato; antes Pérez por su carisma y Betancourt por el trabajo político. Antes de estos el compadre Cipriano cuando se trajo a los andinos y, antes de él, fueron Zamora; el Ilustre americano; el Taita Páez y el otro taita. Y antes que todos estos, el papá de los helados, a quien no le temblaron las redondas pa’ echarse el mundo encima y así ganarse la gloria eterna.

—Eso es verdad.

Pero algo tiene que pasar, camará.

Esto está muy feo.

—Eso son solo deseos suyos.

No confunda sus deseos con los hechos de la realidad.

Está viviendo de ilusiones.

—Camará, será qué usted es un conservador.

—Mire, yo no llego ni a conservita de plátano.

Mucho menos a bienmesabe y a eso a que usted se refiere.

Uno lo que es un bolsa, esa es la verdad y nada más.

Y, por tanto, se la pasa la vida viviendo de ilusiones y esperanzas, como esas de que la caja clap alimenta.

Mire, los políticos los que hacen es que la gente se ilusione y así se distrae un rato.

Cómase sus caraotas tranquilo, que cuando algo pase lo más probable es que se enteré al otro día.

Esa es la realidad.

—Yo le insisto, camará.

Estamos viviendo un momento histórico.

—Decir viviendo con esta hambre, es mucho decir.

Si quiere seguir con esa siga, a lo mejor se saca el premio gordo.

Porque la esperanza es lo último que se pierde, según dicen.

Dígame ¿a cómo amaneció el dólar hoy? Que eso es lo que le interesa a cualquier cristiano en este erial.

Voy a ver algo al patio que huele como a quemado, no vaya a hacer que se incendie la rancha.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

TRES SABORES

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—Aló, cómo está la cosa.

Me imaginé que era usted, porque siempre anda con una tragedia.

—Compita, salude primero y no se esté quejando, hombre.

Cómo está usted.

—Yo estoy bien, aquí guardado.

Qué me cuenta usted.

—Usted sabe que la gente anda alborotada y en algunos lugares han saqueado.

—Y qué me quiere decir con eso.

—Que al compita de la bodega lo saquearon.

—¿A cuál compita y de cuál bodega?

—a tres sabores, el de la esquina cerca de la plaza.

¿Sabe quién es?

—A vainilla, claro que sé quién es.

¿Y por qué le dicen tres sabores?

—Porque ese hombre solo vende yuca, topochos y plátanos verdes, más na’.

Y por eso lo mientan tres sabores.

Es que a la gente no se le pasa una, vale.

—¿Y qué le saquearon a tres sabores?

—Según me digo, tenía cuatro kilos de yuca, tres manos de topochos y medio racimo de plátano.

Y no le dejaron, lo que se dice, nada.

—Tendrá sus ahorritos para reponer la mercancía.

—Con qué se sienta una cucaracha.

Ahora salió el gobierno a decir que hay una sobre especulación.

Dígame ¿y quién le dio rueda libre al dólar?

En una entrevista con chente y en otra con ramonet lo dijo.

Vivimos en tres espacios monetarios y voy a pecar pero eso está machete, así lo dijo.

 Está grabado.

Y eso después que se la pasó años dándole publicidad al dólar today.

Y cuando ya dólar today no sirvió más, apareció dólar monitor; que mezcla chica y con limonada con tal que el dólar vaya pa’ rriba.

Le dio rueda libre a los precios en dólares y el salario en bolívares.

Yo no sé cuáles son esos tres espacios monetarios que vivimos, porque tengo años que no veo un bolívar.

Y si uno vive en el espacio monetario del bolívar es lo mismo que decir que uno está muerto.

No hay política económica, ni se sabe qué es eso. Esa es la verdad.

Como estos son unos chabure se la pasan echándole la culpa a los comerciantes.

—Cuando este gobierno acepte que tiene culpa en algo, ese día le salen pelos a las ranas.

Es más fácil matar un burro a pellizcos, que este gobierno asuma alguna responsabilidad.

—Incluso, dijo que estamos preparados para vivir aunque no se venda ni un barril de petróleo, debe ser que los años del hambre eran de entrenamiento.

Usted lo oyó, así lo dijo palabras más palabras menos.

—Así es.

—Mire compita, como no van a subir los precios si aquí quien impone la política monetaria es dólar monitor.

El Banco Central ya no existe, eso es un cascaron vacío.

Los comerciantes tienen conectada la caja registradora a dólar monitor apenas sube el dólar suben los precios. Pero la maquina no es reversible, por eso es que nunca bajan los precios.

—Ojalá fueran solo los comerciantes.

Esta mañana oí a un motorizado diciéndole a otro “cuánto le quitaste, tú si eres pendejo. No sabes que el dólar subió”’

—Así estamos aquí.

La gente apenas se despierta lo primero que hace es mirar a dólar monitor, y después se persigna.

Y va a venir el gobierno a decir que la culpa es de los comerciantes.

Entre las funciones del gobierno es planificar una política económica, pero no hay ni política económica ni mucho menos gobierno.

—Y eso que hay dos, y tres asambleas nacionales.

—Lo único que hace es azuzar a la gente contra los comerciantes, porque ese es el que está más a la mano.

Azuzan a la gente contra cualquiera que tenga algo.

Fomentan el resentimiento y ellos se lavan las manos como aquel que se lavó las dos.

—Así es, como usted dice.

La culpa es de mendocita, dicen, o la culpa es del panadero o del bodeguero, como le pasó a tres sabores.

Nunca dicen que son ellos los que no sirven para hacer una política económica.

—Tienen siete años diciendo que el próximo año si va a ser el del despegue económico de la Venezuela potencia.

Pura saliva mala.

Ya por hoy hemos hablado bastante y de puras tragedias.

—Es que no hay otra cosa de que hablar.

—Nos hablamos luego.

Hay mucha gente en la calle, no sea insensato y quédese guardado.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

AL SOLO VERLA

1

Allí estaba cuando entré en aquel mercado sin razón ninguna. La miré una vez y sentí la necesidad de mirarla nuevamente una vez más, no solo porque, como dijo Tolstoi, fuese sumamente bella o por la gracia de su sonrisa; sino porque al verla había visto que en su rostro había algo acariciante y dulce como el olor del melón en verano.

Sus ojos brillaban como en una mañana de redención y se fijaban en las cosas con amistosa intención, como si cada cosa la reconociese como suya. Había en aquella mañana gris algo que la hacía adorable y uno se la podía imaginar perfumada de amaranto y yerba buena.

Ahora al verla ahí, tan distraída, tuve la sensación de que no era yo quien para comprender todo su encanto. La veía como algo enteramente nuevo e insospechado, mientras comprendía que ella iba vestida de lilas y margaritas, y que su encanto consistía en que desbordaba todo el ámbito oloroso a naranjas y guayabas, sin que en ella nada pasase inadvertido.

Su sonrisa era una fastuosa constelación, de sobre saltos entre sencilla y natural. Ella hechizaba hasta el aire. Una hechicera de redondeadas miradas, de arrebatados cabellos con mechones sueltos y rebeldes, hechicera de gráciles y ligeros movimientos, de hermoso rostro arrebolado. Todo ese hechizo era como un cuadro de William Turner, demasiado arrebatador para ser posible en una simple mañana de abril.

CACHICAMO TRABAJA PA’ LAPA

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—Aló, ya va espere que le bajo volumen al radio, un momento.

Aló diga.

—Compadre, cómo está usted.

—Bendito sea Dios, compadre tiempo sin hablar con usted.

Cuénteme ¿cómo está usted, cómo la comadre?

—Bueno, guapeando este temporal y ahora la cuarentena.

¿Estaba oyendo alguna cadena?

—No, de ninguna manera.

Esta oyendo a Felipe Pirela cantando aquel bolero que es una verdad absoluta y dice:

“pobre del pobre que vive soñando un cielo,

pobre del pobre que llora sin un consuelo”.

Porque ser pobre es una maldición.

Todo el mundo lo ve mal a uno, como gallina que mira sal; todo el mundo lo regaña y desconfía del pobre porque éste solo sirve para quejarse.

Y ahora que el dólar ya mordió los 200 mil. El pobre es más pobre.

Razón tenía el compadre Luis Herrera cuando decía que había que acabar con el pobre.

—¿Y quién después va a trabajar?

—Eso sí es verdad, porque la leña la lleva el pobre.

Le dijo en estos días, me dije cómo estará el compadre. Días sin saber de usted.

Y ahora usted que llama. Dios es grande.

Qué bueno saber que están bien en lo que cabe.

—Y lo que cabe es poco

—Bastante poco.

La pensión no alcanza para comprar un kilo de queso y menos medio cartón de huevos.

La otra es que ahora usted quiere mandar a arreglar algo y le piden en dólares.

Y no solo eso, sino que tiene que pagarle en efectivo con el verde.

Son mal nacidos, no hay piedad con el pendejo.

—Esto es una sinvergüenzura.

—Quieren que uno salga a buscarles los dólares para ellos vivírsela.

Cómo si uno cobrara en esa moneda.

Y le dijo, esa práctica que la gente consiguió para poder sobrevivir en este infierno.

Indirectamente sirve para mantener a aquellos.

—Le resuelve la vida al gobierno, vale.

Cachicamo trabajando pa’ lapa, dice el dicho.

—Y bien dicho.

Usted se imagina que aquellos que son de oposición, sin darse cuenta, están financiando a estos con esa pagadera en dólares.

—Pero no tienen otra.

Están entrampados.

—Así es.

Por eso nada se puede resolver.

—El resuelve lo hay.

Lo que pasa es que con la cuarentena y la subida del dólar esto se lo sigue llevando el diablo.

—Para donde uno agarre lo descabezan.

Si tiene bolívares es un bolsa. Si tiene dólares le hace la segunda a estos.

Y entre más dólares use más los financia.

Y después cree que le está haciendo la contra.

—Es que a la gente no le quedaba otra.

—Pero le ganaron la mano vuelta, sin darse cuenta.

Esto no lo entiende ni Bambarito. Ahora lo va a entender uno.

No se le ve orilla.

¿Y qué dice la comadre de todo eso?

—Siempre se lamenta.

En eso se la pasa.

—Es que no es pa’ menos.

Por más guapo que uno sea se le afloja el guarapo.

Lo dejo y gracias por la llamada, pero se me van a quemar las lentejas que tengo en el fogón.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

CHABURE / ¿Y VIVAS SANTANA?

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—Aló, a compita es usted.

Y ese milagro que está llamando, porque usted es más agarrao que chicle en zapato.

—Devolviéndole la llamada, hombre.

Usted sabe que por ahí alguien dijo que lo más importante de este mundo es ser amable.

—Cómo toño el amable.

—Póngase serio.

Que si no lo llamo luego.

—No se ponga bravo, hombre.

Menos mal que llamó, porque yo estaba por llamarlo para preguntarle si usted sabe lo ¿qué es un chabure?

—No sé que eso, y dígame de dónde ha sacado usted esa palabra.

—Compita, usted sabe que el Dr. Rafael Caldera.

—¿El qué le dio el indulto al difunto?

—Ese mismo.

—Decían por aquellos días que ellos estaban encompichaos contra el gocho, eso se rumoraba.

Y muchos otros más que se hicieron los paisas, porque el golpe fue un fracaso.

—Así decían.

Como le iba diciendo, Caldera escribió un librito que hablaba de los cambures, en el cual decía dos cosas muy interesantes.

Una, que en la tierra de Montilla y Laudelino Mejías la gente dice “cambure” en vez de cambur. Y los usan en plural y singular de manera indistinta. Dicen: deme una mano de cambure o deme un cambure.

Es el único lugar de Venezuela donde se mienta al guineo de esa manera.

Eso tiene un nombre específico, pero no se cual es.

—¡Así es la cosa!

A caramba voy a ponerle cuidado al paisano cuando miente al titiaro.

Y si lo decía el Dr. Caldera ha de ser verdad, porque ahí no actuaba como político, sino como hombre de letras.

¿Y cuál es la segunda que mentaba, el hombre?

—Usted se debe recordar que antes cuando alguien pegaba o conseguía en un puesto en el gobierno, se decía que tenía un cambur.

—Pues, claro que sí.

Estaba encamburao, se decía.

Lo que hoy llaman un “enchufao”, pues.

—Así mismo es.

—Porque las palabras se transmutan, de eso saben mucho la gente que es facurta en eso de la metafísica y la que mientan ontología.

—Y esa última es prima de quién, compita.

—Esa es una ciencia, dicen.

Pero siga con el cuento.

—A bueno, le decía que quien estaba enchufao en el gobierno y no hacía nada, le decían que tenía un cambur.

Idéntico a hoy en día, pues.

Como al Dr. Caldera le gustaba eso de inventar palabras y mandarla para la real Academia.

—Fue él quien inventó lo del millardo, que se quedó corto.

Porque ahorita no hay cifras que alcance para medir este desbarajuste.

—Seguro que a Caldera se le hubiese dado en inventar el “Chabure”

—¿Y qué eso?

—Un chavista encamburao. Un chavista con un cambur.

En vez de enchufao, hay que decirle “chabure”.

Los chavistas se volvieron cambureros, en vez de revolucionarios. De allí que son unos chabures.

Cambur pa’llá y cambur pa’cá.

Han repartido el cambur parejo, pero nada. El amor se acabó.

Porque el gobierno lo que ha repartido es cambure y que para mantener a la gente haciendo algo.

—Ni fororo hacen.

—Pero esa es la función, compita, del cambur o del enchufe.

Calentando banca. Si es que van a calentarla.

Le hubiesen aplicado al Dr. Caldera la ley del odio como a Vivas Santana, si llega a inventar esa palabra.

—Ahora que lo mienta, ¿qué se ha sabido de ese muchacho?

—Se sabe lo mismo que la enfermedad del difunto.

Nunca se supo de qué falleció el hombre. Secreto de Estado.

De los presos por asuntos de odio no se sabe nada, esos no existen.

Y el poeta que se la pasaba con aquello de los derechos humanos, ahora si le recuerdan esos tiempos dice que él no fue.

Las opciones son muy pocas para esa gente.

—Si es que hay opción, que lo dudo.

Y que Dios me perdone.

—Así estamos.

Lo voy a dejar que se oye un barrullo en la calle, hasta los vendedores de café andan en la calle vendiendo el guarapo.

Guárdese bien, que usted está candidateado para la misión carapacho.

Si no aguanta una gripe menos el covid-19.

Si puede rece por Vivas Santana, a ver si el altísimo se apiada.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

LEY CONTRA EL ODIO / ¿Y VIVAS SANTANA?

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—Aló.

Ya va, es que este perro está ladrando y no me deja oír.

—Camará soy yo.

Será que ese perro no puede oler un político porque empieza a ladrar.

—Tiene que ser.

Cómo está usted, qué me cuenta de nuevo.

—De nuevo solo el precio de la comida.

Se disparó todo.

—Así es, y no se esté quejando mucho porque le pueden aplicar la ley contra el odio.

—Esa es otra, camará.

Esa ley contra el odio es como aquella ley de vagos y maleantes.

Por ahí salía cualquier prefecto o quien quisiera y lo señalaba como vago y pa’l Dorado iba a dar.

Lo que han hecho estos es cambiarle el nombre para justificar o estar a derecho, como dicen ellos, para meter a quien sea preso.

Además, en un país donde todo el mundo anda ar.

—Epa cuidado y se le sale una mala palabra.

No ve que después censuran a los aporreados.

—Eso es verdad. Le aplican la ley contra el odio.

Como le decía, en un país donde todo el mundo anda con una tibiera encima,  a cualquiera que le vean la caratula le aplican esa ley.

Es la única que aplican, no tienen otra.

Es como el jabón azul, les sirve para todo.

Por ahí ya iban a meter un médico preso aplicándole la bendita ley esa.

—Como anillo al dedo les quedó.

Hay que darle un premio Nobel al que impulso esa ley.

Con esa bicha resolvieron todos los problemas.

—Si usted se queja por algo le aplican esa ley porque está instigando al odio.

Pero yo le voy a decir la verdad.

Aquí lo que instiga al odio son esas acciones que toman todos los días.

Acciones que nos tienen hundidos y comiendo caramelos.

Cualquier cristiano que reclame sus derechos está instigando al odio.

Y de una lo van a buscar para que no ande de perreroso.

—Para muestra un botón.

Si nos ponemos a hacer una lista, por lo menos necesitamos una resma de papel para terminarla.

A cuántos no han mandado de cabeza al bote amparados con esa ley.

—Mírele la cara a la gente y lo que ve es tibiera.

Si los pinchan no botan ni sangre.

Andan contenidos con ganas de darle una mano y no de cambur al primero que les diga algo.

¿Qué sabe de Vivas Santana? Camará

—Vivo está, por lo que leí.

La esposa muy preocupada por la salud del muchacho.

—No es para menos, si él siempre comentó que sufría de problemas de salud.

Tratar a un ciudadano como un trapo, Dios bendito.

Le han aplicado la ley del odio y del olvido.

—Yo creo que ni el taita Boves tenía tanto odio entre pecho y espalda como estos.

Y que me perdone Dios.

Pero esto no tiene medida.

—Así es, Camará.

Solo Dios sabe de qué tamaño es ese resentimiento.

Es que no se puede decir nada que les moleste sus tiernos oídos.

Ya estamos como en tiempos de Gómez.

Tienen varias rotundas, ¿así era qué se llamaba?

—Usted me ha visto cara de historiador acaso.

—En Aporrea dicen que usted es escritor.

—Se los reclamé una vez, para que corrigieran eso. Les dije que ese título era mucho camisón para Petra, que en tal caso pusieran escribidor como aquella novela de Vargas Llosas, éste como que les cae mal.

Pero no hicieron caso.

Mire, con esa ley contra el odio tienen a todo el mundo agarrao por las mochilas.

Dios se apiade de Vivas Santana y de los demás también.

Pero no se ve bueno el horizonte.

Así estamos, si alguien dice algo y no les gusta, porque nada les gusta, le aplican la ley contra el odio por el pecho.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

PROGRAMAS EDUCATIVOS POR VTV / ¿VIVAS SANTANA?

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—Aló, ya va; que va pasando un camión y no lo oigo

Dígalo

—Compita, soy yo.

—Epale hombre, veo o mejor dicho lo oigo que todavía está vivo.

Cómo la va pasando.

—Arriando poco a poco como el burro.

—No me vaya a decir que como el burro de Pampanito, porque ahí si tuerce el rabo la puerca.

¿En qué le puedo servir o para qué soy bueno?

—Bueno no sé para qué será.

Pero ¿vio la noticia sobre los programas educativos de VTV?

—La leí y hasta pena ajena me dio.

Si no me falla la memoria, que no es muy buena, creo que Venezuela fue el primer país en América que transmitió clases por televisión y el segundo del mundo.

Por aquel canal que se llamaba Canal 5.

No sé en qué año fue eso.

Que estas se hayan equivocado y hayan dicho barrabasadas no es extraño.

Usted debe recordar cuando el difunto empezó a dar una clase por televisión, creo que de la misión Robinson, y en la primera línea del texto escolar había un error ortográfico de un verbo.

Y el finado se inventó una mentira ahí mismo, para justificar el error. Creo que esa vez Andrés Bello dio como tres vueltas en su tumba.

O me va a decir que eso no sucedió, que estoy diciendo mentira. Búsquelo eso quedó grabado.

—De eso me acuerdo, clarito.

Estos no admiten un error. Los demás sí se equivocan, pero ellos jamás.

—Además, hombre. Como dicen los facurtos en leyes “en el supuesto negado” que del Guri trajeran el agua para Caracas.

Qué le importa eso a un muchacho de Pericantar, dígame usted. O a un muchacho de Achaguas o de Furrial donde llega el agua cada mes cuando minime, y si es que llega.

Allá los grifos son de lujos porque nunca se usan.

Esa es la centralización en extrema en que se han afincado estos mesiánicos, Caracas es Caracas y lo demás un estero lleno de pendejos.

Y perdone la mala palabra, pero no hay otra forma de decirlo.

—Eso sí es verdad.

Ya las casas las están construyendo sin tubería para el agua para no perder el dinero.

—El muchacho de El Sombrero o de Moruy lo que quiere saber es por qué a su casa nunca llega el agua, ni la bombona de gas, o por qué pasan más de 15 días sin internet en el barrio Campo Lindo allá en Acarigua.

A eso deberían responder los ministros. Y dar clases de ineficiencia, que en eso son buenos. Potencias mundiales.

—Compita y como serán esas clases por internet, si eso es por la televisión pública.

—La televisión pública solo la ven los viejos, y eso es porque no se pueden quitar la mala costumbre de verla.

Vaya usted y se para en un edificio de misión vivienda, y mira para arriba.

En todas las ventanas hay una antena de esas de Cantv, que se las regalaron o los obligaron a comprarla, a saber.

Pero si se fija bien, al lado tienen la antena de Directv y esa es la que está conectada al televisor. La gente se la pasa es viendo comiquitas y películas, nadie ve la televisión pública.

¿Para calarse el mismo discurso repetido? Que va.

Eso es como aquella vez que empezaron a transmitir “el mejor beisbol del mundo”, la serie de beisbol de Cuba. Dígame usted, quien va a dejar de ver un partido de los yankees de nueva york por ver el beisbol cubano, ni loco que estuviera la gente.

Así están estos con la televisora nacional. Para oír pura muela y mal contada, que va.

—Como usted lo dice así mismo es.

Compita ¿se ha sabido algo de Vivas Santana?

—Lo que se dice nada.

Silencio total.

Y eso es feo.

Ya el hombre lleva un mes o más que se lo llevaron. Y recuerde que en estero la fiscalía ya no existe, y si existe es solo para ellos.

Derechos humanos no se sabe con qué se come eso. Que lo diga la Bachelet.

Aquí todo el mundo está a la buena de Dios.

Fíjese que los 3 mil incendios en época de sequía no son casualidad según el mazo.

Eso es el imperio que ha mandado a prender candela por los cuatro costados.

A lo mejor eso que del Guri se trae el agua para Caracas es culpa del imperio, esa debe ser una infiltrada.

Lo de Vivas Santana y todos los presos políticos da mala espina, se quisieron meter según la noticia en cilantro verde, quién sabe con qué mala intención.

Mientras los otros están a cuerpo de reyes, bien cuidados porque son capital social.

Vio que ya la mortadela arepera ya está o pasó los 200 mil.

Al pobre por ser pobre no le dan descanso.

Manténgase en su casa para que no lo vaya a agarrar la pelona.

Y le dijo: Por ahora, apriete.