—Aló, quién es.
—Aló, compita. Soy yo.
—Cómo le va, hombre.
Llamando a esta hora. Qué le pasa, ¿puede respirar?
—Bien, todo bien.
Aquí en la flexible.
—Eso me parece bien. Qué cuenta de nuevo.
—Compita, se acuerda cuando en este estero se la pasaban metiéndole miedo a la gente con el aumento de la gasolina.
Que eso iba a traer una explosión social y no sé qué más cosas.
Se la aumentaron y ni una flatulencia les salió a la gente.
—Así es. Se la pasaban amenazando con otro caracazo.
Y mire usted a lo que se ha llegado.
Los mismos que lloraban con el paquete neoliberal del gocho, ahora aplauden los precios internacionales de la gasolina.
—Esos son los mismos simpatizantes de los chavecos.
—Así es.
Ahora, más bien estaban pidiendo que le aumentaran la gasolina, para ver si la pueden comprar más barata.
Hasta a precio de dólar antibolivariano la prometió el obrero presidente. ¡Qué le parece!
—Es que en este país somos una parranda de zoquetes.
Si nos alegramos porque llegaron unos buques con gasolina, no nos vamos a alegrar cuando aumentan la gasolina.
La estupidez está que juega garrote.
—Y le voy a decir una cosa, eso del aumento de la gasolina es puro maquillaje.
Ya el negocio está montado y eso no lo quita nadie.
Así que no se esté creyendo en cuentos revolucionarios.
Porque para conseguir esa gasolina a 5 mil bolívares le va a costar Dios y su mundo.
Cuando se ha visto zamuro cuidando carne.
—Jamás en la vida.
Tanto que se le dijo, que la fuese aumentando poco a poco.
Pero no les convenía.
—Y qué les iba a convenir, si en ese entonces no habían montado el negocio.
Ahora sí.
Ya el mercado paralelo está funcionando a millón.
Y esto no lo para nadie.
¿Dónde estarán aquellos que vaticinaban un caracazo?
Que los barrios iban a bajar. ¿Dónde estarán?
¡Así es que se gobierna!
—A lo mejor en algún yate por el Mar Caribe.
—Puede ser.
Usted se debe acordar que yo le decía que un tanque de gasolina debía costar lo que costaba una empanada.
Y usted se reía, como burlándose de que yo le decía sandeces. Y ahora mire.
Antes era todo un problema para aumentar un centavo la gasolina.
Ahora ni en gaceta necesita salir el aumento.
Después que están cobrando 100 dólares por tanque de gasolina, quién va a recibir medio dólar por litro.
—Nadie. Ni que fuesen pendejos.
O lo van a recibir en petro.
—Lo que se la pueden es mentar o meter preso al que se atreva a ofrecer petros.
La revolución nos ha llevado por el camino de la grandeza.
Eso no se puede negar. Por eso es que somos potencia.
—Potencia en qué, compita.
—De pendejos, eso está clarito.
Somos una potencia a nivel mundial. El mejor país del mundo.
A usted lo ahorcan y después tiene que dar las gracias porque lo dejaron tirado en la cuneta.
Gloria al bravo pueblo.
Dice el himno nacional, que no es poca cosa.
Porque la revolución sigue adelante y a pasos de vencedores. Claro, para los chavecos.
Es que hacía falta que no hubiese gasolina, para que la gente se diese cuenta de que hacía falta que el gobierno la aumentara.
Un gobierno preocupado por su gente.
Quién lo puede negar, dígame usted.
—Eso sí es verdad.
Mejor gobierno que este ninguno. Hay que agradecerle el inmenso esfuerzo de surtir de gasolina al país.
Y gasolina barata.
Porque esa gasolina con todo y el aumento está regalada.
Dígalo ahí.
Una empanada cuesta 150 mil soberanos y la gasolina a 5 mil el litro.
Me va decir usted que este no es un buen gobierno.
Póngase jaipe.
—Compita, ¿usted cree que la gente salga a protestar?
Porque ahora vienen los consabidos aumentos de la comida por el aumento de la gasolina.
Hay otra excusa para aumentar los precios y no se la están inventando.
—Cómo cree usted. Dios guarde.
Si más bien la gente está agradecida, se están dando en los dientes con una piedra porque el gobierno aumentó la gasolina.
¡Era lo que tenía que hacer! Dicen los babiecas.
Lo de los aumentos lo puede tener seguro, pero eso a nadie le importa.
Lo que importa es que la revolución siga hacia a delante a pasos de vencederos.
Imagino que ya usted lleno el tanque de la cacharra que tenía.
Mire cuando salga a la calle tengo ojo pelao, porque los datos están subiendo a diario.
Y le dijo: por ahora, apriete.