—Aló.
—Camará, menos mal que lo consigo ahí.
—Y dónde cree usted que iba a estar, en Dubai acaso.
En cuarenta, con la subida de los precios, ya el pan campesino llegó a los 120 mil. Y los apagones y bajones la estamos completando.
Gracias a la bonita y a las medidas muy acertadas. Pero ahí vamos, arriando el burro.
—Olvídese de eso, la gente ya tiene eso resuelto.
Eso lo hablamos en otra ocasión.
—Si usted lo dice, así será.
—Lo que le quiero comentar es lo siguiente.
—Dígame, que usted sabe más que un pescao frito.
—Nuestra historia reciente, y hablemos de esta del siglo 21, está llena de cooperación no efectiva y no eficiente.
—A diablo.
—Las diferentes derrotas que han sufrido los opuestos y las que están sufriendo ahora los disidentes y renegados es porque han mal cooperado y lo han hecho de manera ineficiente.
—Son un desastre, en otras palabras.
—Dígalo así.
Mientras sigan mal cooperando van de cabeza al fracaso.
No tienen otra.
Fracaso, fracaso y más fracaso.
Fíjese lo que pasó en el 98, los opuestos comenzaron a cooperar de manera errada e ineficiente, aunque tenían la esperanza de derrotar al difunto, que estaba mejor organizado.
—Así, se los echó en caldo de ñame.
—Asimismo es.
Pero, así ha seguido la historia.
No es que estos sean más inteligentes que los otros, sino que todos los opuestos están mal cooperando.
—Esa es la verdad, y no la quieren aceptar.
Porque son orgullosos y medio.
—Hay, para empezar, demasiado desorden mental y de ahí pa’lante esto es un barranco.
Los mesiánicos dominan a la masa y a los opuestos porque, hasta el momento, tienen una mejor organización.
—Y eso por qué.
—Camará, porque estos hasta ahora han sabido cooperar en defensa de sus propios intereses.
Mientras que los demás son incapaces de cooperar de manera efectiva.
Y fíjese, que todo el esfuerzo de los chavecos está centrado en asegurar que los opuesteros no aprendan a cooperar eficazmente o que cooperen de manera ineficiente.
Impiden la conformación de agrupaciones eficientes, fuera o dentro de ellos mismos.
—Lo mismo hizo la meseta de la unidad, al hacer la segunda a estos.
—Como le niego eso.
—Dígame usted que es entendido en la materia, la gente se la pasa preguntando ¿qué va a pasar?
Como si no estuviera pasando nada.
—Esa es una pregunta errónea.
—¿Por qué?
—Porque la pregunta es ¿quién puede liderar este samplegorio?
Y ¿cuántos, en verdad, son capaces cooperar de manera efectiva?
Esas son las preguntas fundamentales.
Usted, el otro día me decía que me olvidará de la masa y hasta tiene razón.
Lo que hay que pensar es cuál es el grupo o el individuo adecuado para este berenjenal, porque en eso se basa la cooperación efectiva.
—Tiene razón y comparto.
Pero usted sabe, que en esta situación como la vivimos siempre hay quien que se queda con el mejor pedazo del pastel.
Aquí cuando se mueva la mata, los vivos van a estar como caimán en boca de caño para quedarse ellos con el poder.
—¿Usted sabe porqué pasa eso?
—No. Dígamelo usted.
Porque esos grupitos de vivos son los que están mejor organizados y tienen mejor cooperación entre sí.
Por eso es que a la masa la echan pa’ un lado y ellos se comen el lomito sin exponer el pellejo.
—Así es.
—Los avispados son los mismos de siempre y estos se apoderan del coroto.
Los demás quedan como la guayabera, por fuera.
—Cachicamo trabaja pa’ lapa, dice el dicho.
—Así es.
Fíjese que el otro ni suma ni resta, qué clase de cooperación debe haber ahí, nada.
Por eso es que los números dan empatado.
Y así estamos.
—Este desde hace tiempo se guardó, ya no sale. Porque sabe que se le puede torcer el rabo a la cochina en público.
Y eso sería un desastre.
—Ni los aumentos los anuncia él.
Mire que se les va deshilachando la organización, que hasta ahora les ha servido.
—Siempre son los mismos. No tienen a más nadie.
¿Y qué hilachas tienen?
—El control sobre todas las redes de cooperación, impedir toda organización de cooperación eficiente, y el apoyo de grupos que se lucran de esta situación.
Estos grupos se ayudan entre sí para que nadie toque sus intereses, ya que de eso comen.
—Y comen puro lomito.
Mientras las penalidades y el sufrimiento los lleva la población a cuesta, o más bien es al revés, las penalidades y el sufrimiento llevan a la población a cuesta.
—Así es.
Con esas tres condiciones se mantiene agarrados con las uñas.
—¿Usted cree en eso del frente de salvación nacional?
—Esos son los mismos de siempre pescando en río revuelto, camará.
Ahora, si están mejor organizados que los demás se quedan con el coroto.
Eso lo puede tener por seguro.
Porque esos tienen los tentáculos extendidos y se reinventan como políticos demócratas.
Pero son los mismos carcamales de siempre.
Esos lo que hacen es emplear sus redes de compinches para llenarse los bolsillos con las riquezas de la nación.
—El mismo musiu con diferente cachimba.
—Y la población se queda con las migajas que le tiran.
Eso pasa porque no tiene cooperación eficaz y siempre la dejan en la cuneta.
—Mejor dicho imposible.
—Fíjese como tienen todos los mecanismos de comunicación controlados.
—Al profesor en Margarita lo zamparon pa’l pote porque escribió cosas en feibu, según decía la noticia.
La conversa está buena.
Pero creo que está llegando el agua.
Esta agua deben estarla importando de China, específicamente del río Amarillo.
Porque sale amarillo pollito.
Y así mandan a lavarse las manos para salvarse del covid-19, sino lo mata una cosa lo mata la otra.
Esperando la muerte parece que estamos.
No se olvide de los presos políticos, que esos tienen quien los llore.
Y le dijo: Por ahora, apriete.
obeddelfinblog 