A VERY OLD KING WITH HUGE WINGS

Watching the funeral of Queen Elizabeth II, one is left with his face open to see all that pod. Not a damn Hollywood, these Englishmen make all that display of pods so that one shits on oneself and, in addition, knows who is in charge.

One out of historical curiosity looks for the photos of when they proclaimed the Queen, and says damn! The queen was pretty when she was crowned, although she was always graceful. Sure, she was a girl, I think, 27 years old, a creature of beauty.

And seeing her funeral, seeing her daughter, Princess Anne, if I know correctly, I said to myself:

—The princess is very nice, if you saw her in the street she would give you some compliments of love.

Without knowing that she is the princess, of course.

All the BBC footage from London is hot, excellent transmission. In that I see the King, recently proclaimed, walking behind the coffin of the queen; and seeing him gave me a kind of bewilderment, a strange feeling that I didn’t know what it was, because it looks more like an “S” than a king.

And at the moment I half forgot, but I had that feeling.

But when talking with Chepel, he told me that the king was about to retire.

And right there, at that moment, I remembered that story by Gabriel García Márquez «A very old man with enormous wings», and I knew what that feeling was that had come to my body when I saw the king walking behind the coffin of the Queen.

Because, as Gabo says, «his pitiful condition as his soggy great-grandfather had deprived him of all greatness.» He made me feel bad, to be honest.

But since I don’t have a neighbor who knows all things of life and death to call. I was left with that feeling of hopelessness in my body. And besides, I didn’t have the courage «to closely examine that pitiful man who looked more like a huge decrepit hen,» in the midst of those funeral pomps.

Because «nothing of his miserable nature was in accordance with the egregious dignity» of the kings of medieval deeds. And much less with those of Disney.

Because seeing him in his gala uniform, he looks like “an old bird”, as if he were “a new mishap of decrepitude”, “sustaining himself in any way with the random flapping of wings of a senile vulture”. So it seems.

And we will never know if it will be because he is king or because he is old that he will end up eating nothing but aubergine porridge. Well, I think that only a «consolation miracle» that may rather come to seem like «mocking entertainment» will save him.

May God save the King, because there is no other.

UN REY MUY VIEJO CON ALAS ENORMES

Viendo el funeral de la Reina Isabel II uno se queda con la jeta abierta de ver toda aquella vaina. Que Hollywood ni un coño, estos ingleses hacen todo ese despliegue de vainas para que uno se cague encima y, además, sepa quién es el que manda.

Uno por curiosidad histórica busca las fotos de cuando proclamaron a la Reina, y dice ¡coño! La reina sí era bonita cuando la coronaron, aunque siempre fue agraciada. Claro, era una muchacha, creo, de 27 años de edad, una criatura de belleza.

Y viendo el funeral al ver a la hija, la princesa Ana, si no me falla el saber me dije:

—Bien simpática la princesa, si uno la viera en la calle le echaría algún requiebro de amor.

Sin saber que es la princesa, por supuesto.

Todas las imágenes de la BBC de Londres arrechas, una transmisión excelente. En eso veo al Rey, recién proclamado, caminando detrás del féretro de la reina; y al verlo me dio como un desconcierto, una extraña sensación que no supe que era, porque más que un rey parece una “S”.

Y al momento medio olvidé, pero me quedó esa sensación.

Pero al conversar con el Chepel, éste me dijo que el rey ya estaba para jubilarse.

Y ahí mismo, en ese momento, me acordé de aquel cuento de Gabriel García Márquez “Un señor muy viejo con unas alas enormes”, y supe cuál era ese sentimiento que me había venido al cuerpo cuando vi al rey caminando detrás del féretro de la reina.

Porque como dice el Gabo “su lastimosa condición de bisabuelo ensopado lo había desprovisto de toda grandeza”. Me dio pena ajena, para ser sincero.

Pero como yo no tengo a una vecina que sepa todas las cosas de la vida y la muerte a quien llamar. Me quede con aquella sensación de desesperanza en el cuerpo. Y además, no tuve el valor “para examinar de cerca de aquel varón de lástima que más parecía una enorme gallina decrépita”, en medio de aquellas pompas fúnebres.

Porque “nada de su naturaleza miserable estaba de acuerdo con la egregia dignidad” de los reyes de las gestas medievales. Y mucho menos con las de Disney.

Porque viéndolo con su uniforme de gala parece “un pajarraco viejo”, como si fuese “un nuevo percance de la decrepitud”, “sustentándose de cualquier modo con un azaroso aleteo de buitre senil”. Así parece.

Y nunca sabremos si será por rey o por viejo que terminará comiendo nada más que papillas de berenjena. Pues, yo creo que solo un “milagro de consolación” que más bien puede llegar a parecer un “entretenimiento de burla” lo salvará.

Que Dios salve al Rey, porque no hay otro.

SACHERO AND THE KING

With that Rudolph Valentino look and those Sam Elliot mustaches, he looks like a pretty little thing. But no, let her not confuse us. She is still a cunt and mother.

She still fucks the same at night, but now she has taken to chewing and pulling the computer cables, while she looks directly into her eyes. I think she’s at that stage where babies challenge mother and motherfucker father. That stage in which the mother gives something to the baby and he drops it on the floor, the mother with some patience picks up again, let’s say the toy, and gives it to him again and the stem drops it again, and so on They are to infinity.

She was wondering why the hell the mother was doing that pod of chewing on the wires. Hungry, I concluded; and so it seems. So many times fuck so many times to give him some food. But I think it’s more like wanting to fuck, to see how far patience goes.

Or he acts like a jerk, the one asleep when he’s in the patio waiting for me to pass him by to jump and attack me, he’ll think he’s in the Serengeti and he’s a lion.

I think he’s afraid of a cat that meows at night calling the females, he must be a male because I’ve heard him and the mist doesn’t even peek out.

Although the unfortunate is lucky, because in the street there are like three kittens. He is the Pedro Infante of the block, El Mil Amores. They even come looking for him at the house.

Today I told him:

—Look, Sachero, those English people don’t mess around when it comes to proclaiming a king, what they have is a horny protocol. Although some former prime ministers and some lords were unhappy before the king arrived. Just like Obama at Mandela’s funeral, until the woman gave him one of those looks that say: «behave well, because you’re going to see the shit I’m going to give you when we get home», there the black I stay still because I was jembreando with a catirita. Even taking selfies he was him.

But what the hell can a king care about? If centuries ago they were gods who walked among pharaohs and marking territory between Luxor and Karnak.

SACHERO Y EL REY

Con esa mirada de Rodolfo Valentino y esos bigotes a lo Sam Elliot parece una cosita bonita. Pero no, que no nos confunda. Sigue siendo un coño e madre.

Sigue jodiendo igual en las noches, pero ahora le ha dado por masticar y jalar los cables de la computadora, mientras mira directamente a los ojos. Creo que está en esa etapa en que los bebes retan a la madre y al cabrón del padre. Esa etapa en que la madre le da algo al bebe y éste lo deja caer al piso, la madre con cierta paciencia vuelve a levantar, digamos el juguete, y se lo da de nuevo y el vástago lo vuelve a dejar a caer, y así están hasta el infinito.

Pensaba de por qué coño e la madre estaba haciendo esa vaina de mordisquear los cables. Hambre, llegué a la conclusión; y así parece ser. Tantas veces jode tantas veces a darle un poco de comida. Pero creo que es más bien ganas de joder, para ver hasta dónde llega la paciencia.

O se hace el guevón, el dormido cuando está en el patio a la espera que yo le pase por un lado para saltar y atacarme, pensará que está en el Serengueti y es un león.  

Creo que teme a un gato que de noche maúlla llamando a las hembras, debe ser un macho porque lo he oído y el muérgano no se asoma ni de vaina.

Aunque el desgraciado tiene suerte, porque en la calle hay como tres gaticas. Es el Pedro Infante de la cuadra, El Mil Amores. Hasta lo vienen a buscar a la casa.

Hoy le dije:

—Mirá Sachero esos ingleses no se andan con chiquitas a la hora de proclamar un rey, es un protocolo arrecho lo que tienen. Aunque unos ex primeros ministros y unos lores estaban de diente pelao antes que llegara el rey. Así como el Obama en el funeral de Mandela, hasta que la mujer le echó una mirada de esas que dicen: «pórtate bien, porque ya vas a ver la coñaza que te voy a dar cuando lleguemos a la casa», ahí el negro se quedo quieto porque estaba jembreando con una catirita. Hasta tomándose selfies estaba.

Pero qué coño e madre le puede importar un rey. Si hace siglos atrás eran unos dioses que andaban entre faraones y marcando territorio entre Lúxor y Karnak.

ANTI-LISTENING MANUAL

We are going to establish some rules to guide the interviewer in her job, or rather in her anti-job. Because that’s what it’s about. They are few rules, but effective. Since we do not want to tire the interviewer that he must have other things to do, and what to spend his work time on.

These are, more or less, the rules to follow:

1. Little or no attention to the person interviewed, make it clear that you are not listening.

This is important, so that the interviewee knows that what he says does not interest you in the least. That the problem is his, not yours.

As an interviewer, you can start looking at your phone to see what’s on Tiktok, Instagram or any other social network. Or you can start looking out the window to see what is in the landscape, which is sure to be more interesting than what the person is saying.

This must be done without any shame, done shamelessly. Not paying attention to the interviewee.

 2. Don’t listen; I talked.

Do not let the interviewee speak. First, because he is not going to say anything interesting; second, because he doesn’t interest you.

From the outset, you as the interviewer begin by telling the interviewee how he did at Real Madrid or Barcelona this weekend. What did Neymar or Messi do?

Why and why listen to someone who is not going to say anything of interest. Let his problems fix it himself. Find a self-help tutorial on Youtube. There is everything.

Why, then, waste time listening to that person’s plantain, which is not going to contribute anything interesting. Because he doesn’t even have a good piece of gossip.

3. Always discuss and give all possible advice to the interviewee.

The interviewee must discuss everything he says. Go against him.

As soon as he opens his mouth, you as the interviewer start refuting everything he says. You should not give him a chance to come with his rant and ramblings.

First of all, to argue with him about everything he says.

And you start giving him advice on what he has to do. You even order it. Because if he comes to therapy it is to be told what he has to do. Since he has no criteria, you have to order him to do this and do that.

Tell him that he is not right here or there, that he is fighting balls in what he says. So without half measures.

4. Don’t listen:

(a) what the interviewee wants to say.

(b) what the interviewee does not want to say.

(c) what the interviewee cannot say without help.

You have to be indifferent to what the interviewee says.

If he is looking for help to go to a bar or look for it on Facebook, there are millions of users willing to tell him that he has what to do with his life, that it is surely an unhappy life, paraphrasing Hegel.

Who cares what this person can say. How interesting can you have a conversation with him.

Let him pay for the consultation and that’s it.

5. Without having heard anything:

You as the interviewer build a definitive personal pattern of that individual. It doesn’t matter if he is a woman or a man. Tag it and period.

Mark it with a seal, as was done to cattle.

Do not go to correct any personal pattern, that is not your problem. The problem is him. What he has to do is pay for the consultation and nothing more.

Let his affairs be arranged by him; he was the one who got into that trouble. Why are the others going to come and solve his problems?

He asked for it.

How you already have measured who this individual is, you need not evaluate.

On the other hand, don’t waste time summarizing what he has said, since I didn’t hear them, why make that summary. Has no sense.

If you want to tell him something, you tell him and that’s it. You can tell him something that you were thinking while he was talking his head off.

6. Remind him that everything he says you can use on social networks.

Even to make jokes about him. Something like the Committee for Mocking the Underdog.

What he says is not considered a personal confidence, and can be revealed to anyone. In particular, to his immediate superior.

What he says will be public and notorious. In short, social networks must be useful for something. He is a mere case study; therefore, this information must be disclosed with hair and signs.

So he will know clearly, that all his things will appear on the internet as soon as possible. Like those reality shows, to make people laugh at his problems.

This is the best form of a therapeutic interview.

It may not be productive for the client, but that doesn’t matter. The important thing is that the therapist knows what he has to do and these are some rules.

MANUAL ANTI-ESCUCHA

Vamos a establecer algunas reglas para guiar al entrevistador en su trabajo, o mejor dicho en su anti-trabajo. Porque de eso es que se trata. Son pocas reglas, pero efectivas. Ya que no queremos cansar al entrevistador que debe tener otras cosas que hacer, y a qué dedicar su tiempo de trabajo.

Éstas son, más o menos, las reglas a seguir:

1. Poca o ninguna atención a la persona entrevistada, haz evidente que no lo estás escuchando.

Esto es importante, para que el entrevistado sepa que lo que él dice no te interesa en lo más mínimo. Que el problema es de él, no tuyo.

Como entrevistador te puedes poner a mirar el teléfono a ver qué hay en Tiktok, en Instagram o en cualquier otra red social. O te puedes poner a mirar por la ventana a ver qué hay en el paisaje, que seguro es más interesante que lo que la persona está diciendo.

Esto hay que hacerlo sin ninguna vergüenza, hacerlo descaradamente. No ponerle atención al entrevistado.

 2. No escuche; hable.

No dejes hablar al entrevistado. Primero, porque no va a decir nada interesante; segundo, porque no te interesa.

De entrada, tú como entrevistador empiezas por contarle al entrevistado cómo le fue al Real Madrid o al Barcelona este fin de semana. Qué hizo Neymar o Messi.

Por qué y para qué oír a alguien que no va decir nada de interés. Que sus problemas lo arregle el mismo. Que se busque un tutorial de autoayuda en la Youtube. Ahí está todo.

Por qué, entonces, perder el tiempo escuchando el llantén de esa persona, que no va a aportar nada interesante. Porque ni un buen chisme tiene.

3. Discutir siempre y darle todos los consejos posibles al entrevistado.

Al entrevistado hay que discutirle todo lo que diga. Llevarle la contra.

Apenas abra la boca, tú como entrevistador te pones a rebatirle todo lo que vaya diciendo. No hay que darle oportunidad a que venga con su perorata y divagaciones.

De una, a discutirle todo lo que diga.

Y empiezas a darle consejos sobre lo que tiene que hacer. Incluso se lo ordenas. Porque si viene a la terapia es para que le digan lo que tiene que hacer. Como no tiene criterio hay que ordenarle haz esto y haz aquello.

Decirle que no tiene razón acá ni allá, que está pelando bolas en lo que dice. Así sin medias tintas.

4.  No escuches:

(a) lo que el entrevistado quiere decir.

(b) lo que el entrevistado no quiere decir.

(c) lo que el entrevistado no puede decir sin ayuda.

Hay que ser indiferente a lo que entrevistado diga.

Si está buscando ayuda que vaya a un bar o que la busque en Facebook, ahí hay millones de usuarios dispuestos a decirle que tiene qué hacer con su vida, que seguro es una vida desgraciada, parafraseando a Hegel.

A quién le interesa lo que esta persona puede decir. Qué de interesante puede tener una conversación con él.

Que pague la consulta y ya.

5. Sin haber escuchado nada:

Tú como entrevistador armas un patrón personal definitivo de ese individuo. No importa si es mujer u hombre. Etiquétalo y punto.

Márcalo con un sello, como se le hacía al ganado.

No te vayas a poner a corregir ningún patrón personal, ese no es tú problema. El problema lo tiene él. Él lo que tiene que hacer es pagar la consulta y más nada.

Que sus asuntos lo arregle él; él fue el que se metió en ese problema. Por qué van a venir los demás a solucionarle sus problemas.

Él se lo buscó.

Cómo ya tienes medido quién es este individuo no necesitas evaluarlo.

Por otra parte, no pierdas el tiempo resumiendo lo que ha dicho, como no las oído para qué hacer ese resumen. No tiene sentido.

Si quieres decirle algo se lo dices y ya. Le puedes decir algo que tú estabas pensando mientras él hablaba hasta por los codos.

6. Recuérdale que todo lo que él diga tú lo puedes usar en las redes sociales.

Incluso para hacer chistes de él. Algo así como el Comité Pro Burla al Desvalido.

Lo que él diga no es considerado ninguna confidencia personal, y puede ser revelado a cualquiera. En particular, a su superior inmediato.

Lo que él diga será público y notorio. Total para algo deben servir las redes sociales. Él es un mero caso de estudio; por tanto, esa información debe ser divulgada con pelos y señales.

Así él sabrá claramente, que todas sus cosas aparecerán en internet lo más pronto posible. Como esos Reality Show, para que la gente se ría de sus problemas.

Esta es la mejor forma de una entrevista terapéutica.

Tal vez, no sea productiva para el cliente pero eso no importa. Lo importante es que el terapeuta sepa lo que tiene que hacer y éstas son algunas reglas.