La verga sobre la independencia de América es más jodida de lo que uno cree.
Y como es bien jodida, por eso no hay que estar creyendo guevonadas, porque la historia política humana es una parranda de inequidades. No importa quién sea el héroe o quien el protagonista. La verga es muy arrecha.
Por allá en 1790, Miranda reseña que en la América española había entre 11 a 14 millones de mamertos. Le zampa que hay 3 millones de criollos, blancos, españoles; 2 millones negros, mestizos y gente de color —quién sabe a quién coño se refiere con estos de color, creo que con estos de color se refiere a ciertos europeos oscuros, no estoy seguro—; hay de 4,5 a 6 millones de indios “amisionados” y sujetos a atributos, es decir, que le habían metido a coñazo limpio la religión cristiana; y 1,5 millones de indios bravos, independientes y en guerra constante, la resistencia aborigen que aún perduraba llevando el coñazo parejo.
¿Para qué carajo traigo esto a colación? Ya van a ver cómo es la vaina de rejodia.
Unos años más tarde en el “Acta de París” —1797—, Miranda escribe “Nosotros, Don José del Pozo y Sucre y Don Manuel José de Salas, delegados de la Junta de Diputados de los pueblos y Provincias de la América meridional, reunida en la ciudad de Madrid, España, el 8 de octubre de 1797, para convenir en los medios más conducentes a realizar la independencia de las Colonias Hispano-Americanas”.
También estaba otro de apellido Caro y el Miranda.
De 14 millones, solo dos a cuatros carajos —llamados comisarios americanos— deciden lo que debe pasar en América. No por la vaina de la libertad, sino por la negociación con la Inglaterra.
La verga no ha cambiado mucho, hoy en día la verga sigue igual, cuatro mamaguevos deciden por un país. De esta acta, que es la gestación de la libertad de la América española, hay consecuencias jodidas que uno logra entender por qué coño pasó lo que pasó, y por qué se dieron y se dan otras ciertas vainas.
Ahí están y nos las bancamos hasta el presente.
Para que no vayan a decir que estoy hablando guevonadas y me invento las vainas que dijo. Las citas son del libro: Francisco de Miranda, “América espera”, Caracas, Biblioteca Ayacucho, S/f, pp. 194-21. Pueden revisarlo, porque se puede descargar de la internet.
La mentada “Acta de París” se negoció durante mucho tiempo —se empezó en 1782 y el 5 de marzo de 1790 se presentó la propuesta—, con el Ministro inglés William Pitt “en virtud de las conferencias de Hollwood, las cuales han sido aprobadas por las Provincias que han tenido conocimiento de ellas, sino también para terminar dichas negociaciones abriendo el camino para una estipulación solemne que dé por resultado la independencia, según lo demanda el interés y la voluntad de los pueblos que habitan el continente de la América del Sur y están oprimidos por el yugo español”.
Las provincias son las provincias de América. Aquí se negoció toda verga. Hasta el queso que había en la mesa también se lo llevaron. Y uno creyendo mariqueras, pero la vaina fue durazno.
Con lo que viene hay que ponerse vaselina.
“1° Habiendo resuelto, por unanimidad, las colonias Hispano-Americanas, proclamar su independencia y asentar su libertad sobre bases inquebrantables, se dirigen ahora aunque privadamente a la Gran Bretaña instándole para que las apoye en empresa tan justa como honrosa, pues si en estado de paz y sin provocación anterior, Francia y España favorecieron y reconocieron la independencia de los Anglo-americanos, cuya opresión seguramente no era comparable a la de los Hispano-Americanos, Inglaterra no vacilará en ayudar la Independencia de las Colonias de la América Meridional, mucho más cuando se encuentra empeñada en guerra contra España y contra Francia, la cual (Francia) a pesar de reconocer la soberanía y la libertad de los pueblos, no se avergüenza de consagrar, en el artículo. . . del tratado de alianza ofensiva y defensiva con España, la esclavitud más abyecta de catorce millones de habitantes y de su posteridad; y esto con un espíritu de exclusión tanto más odioso, cuanto que afecta proclamar, respecto de los otros pueblos de la Tierra, el derecho incontestable que tienen de darse la forma de gobierno que más les agrade”.
Verga, si Inglaterra es un país imperial y colonizador ¿cómo coño iba a estar deseando la libertad para los demás?
Miranda no es guevón, eso lo sabemos. Por tanto, está negociando con el león para que lo ayude en su empresa. Esa vaina es como poner zamuro a cuidar carne. Negociaban con el culo bien apretao, porque sabían que el zarpazo venía en algún momento. Como aquí en estas tierras no había recursos para hacer la revolución libertaria y esa vaina se tenía que pagar, porque los imperios no hacen nada gratis, había que negociar hasta el culo.
Los imperios te lo meten y tenei que moverte, esa es la verdad. Como aquel coño e madre que vendía huevos sancochados en el terminal de Cabimas e iba gritando:
—¡HUEVOS, HUEVOS SANCOCHADOS!
Y viene otro coño e madre y le pregunta:
—¿Y me lo pelai?
Y el vendedor le respondió:
—Te lo pelo y te lo pongo en la boca.
Así estaba Miranda y los americanos con la Inglaterra.
“2° Un tratado de alianza, semejante al que Su Majestad cristianísima propuso a los Estados Unidos de América, debe servir de norma para completar esta importante transacción, con la diferencia, sin embargo, de que se estipularán, en favor de Inglaterra, condiciones más ventajosas, más justas y más honrosas. Por una parte la Gran Bretaña debe comprometerse a suministrar a la América Meridional fuerzas marítimas y terrestres con el objeto de establecer la Independencia de ella y ponerla al abrigo de fuertes convulsiones políticas; por la otra parte, la América se compromete a pagar a su aliada una suma de consideración en metálico, no sólo para indemnizarla de los gastos que haga por los auxilios prestados, hasta la terminación de la guerra, sino para que liquide también una buena parte de su deuda nacional. Y para recompensar hasta cierto punto, el beneficio recibido, la América Meridional pagará a Inglaterra inmediatamente después de establecida la Independencia, la suma de … millones de libras”.
Con “Su Majestad cristianísima”, el Miranda se refiere al Rey de la Francia, que apoyó la independencia de Estados Unidos. A ese mismo rey después le dieron bollo durante la Revolución Francesa.
Recordemos que Miranda es libertario, por todo el cañón, pero ni demócrata ni partidario del giro que tomo la revolución francesa con el Robespierre y Marat.
Lo que en el “Acta de París” se negocia es un convenio más ventajoso para Inglaterra. Y uno arrechándose porque los ingleses, por allá en la década de los 80, le cayeron a coñazos a los argentinos en Las Malvinas. Sí ya esa verga estaba negociada y entregada desde 1790.
Lo mismo pasó con la Trinidad y la Tobago.
Los ingleses se cobraron por anticipado con esas islas y con otras. Ya vamos a ver y a repetir esto, para entender tanta verga junta.
Inglaterra tenía que poner la fuerza marítima y los pertrechos para combatir. Y esa verga se la iba a cobrar con creces. Si de verga no entregamos hasta el culo. Además, América trataba de protegerse las nalgas si la vaina se ponía más fea, como así sucedió. Entonces por qué arrecharse por la Doctrina Monroe o el Destino Manifiesto de los estadounidenses. Eso es lo que los alemanes llamaron “Política real”, en esa andaban el Miranda y los comisarios americanos.
Las cartas ya estaban echadas. No había otra. A apretar ese culo.
“3° Las fuerzas marítimas que se pidan a Inglaterra no excederán de veinte barcos de guerra; las fuerzas de tierra no excederán de 8.000 hombres de infantería y 2.000 de caballería. En la alianza defensiva que se pacte, se estipulará que, no necesitando Inglaterra de soldados de infantería, ni de recursos marítimos, la América, en este caso, pagará su contingente naval en dinero”.
La carne de cañón la pondrían las razias que los terratenientes criollos harían con sus peones por toda Venezuela, arrastrándolos a una guerra que los pendejos no entendían. Además, la Guerra de Independencia en Venezuela, no sé cómo coño fue en los otros países, fue una guerra entre oligarcas. Y esa verga la atestigua 20 siglos antes Aristóteles, cuando el meteco en Atenas escribió que la guerra de infantería es de la democracia y la guerra a caballo es de los oligarcas.
No se peló el filósofo.
Qué coño van a estar hablando del pueblo y la Guerra de Independencia estos becerros políticos de mierda. Diciendo que esa verga la hizo el pueblo, la Guerra de Independencia la hicieron las clases hegemónicas entre ellos. Pero el guevón era la carne a moler.
“5° Se hará con Inglaterra un tratado de comercio, concebido en los términos más ventajosos a la nación británica; y aun cuando debe descartarse toda idea de monopolio, el tratado le asegurará naturalmente, y en términos ciertos, el consumo de la mayor parte de sus manufacturas, pues la población es de cerca de catorce millones y se surte de manufacturas extranjeras y consume una multitud de artículos de lujo europeos. El comercio de Inglaterra tendrá además ventajas considerables esparciendo por todo el mundo —por medio de sus capitales y sus factorías— los frutos preciosos y los abundantes productos de la América Meridional. Las bases de este tratado serán tales que no prohíban la introducción de ninguna mercancía”.
Lo ancho para los ingleses, guevones nunca han sido. Esa verga lo pueden tener por seguro, por algo llegaron a imperio. Lo que no se entiende es por qué coño no terminamos hablando inglés desde el siglo 19. Si nos lo tenían adentro, lo que nos faltaba era movernos.
“Dame tu cosita mamá”, decían los ingleses.
Lo que nadie se esperaba era que los angloamericanos se convirtieran en imperio tan pronto, y esa verga frustró todos los planes europeos.
Vergas de la vida.
Al convertirse los estadounidenses en imperio le mandaron a lavar ese culo a todo el mundo, es decir, a los europeos. Por eso cuando los alemanes y no recuerdo quien coño más llegaron a las costas venezolanas a joder al Cabito, los gringos les pararon el trote. Y dijeron que en esta verga ellos eran los que mandaban, seguro que le habían comprado el “Acta de París” a los ingleses y nosotros ni nos enteramos.
Por eso es que uno muchas veces tiene que meterse la lengua en ese culo.
“6° El paso o navegación por el Istmo de Panamá, que de un momento a otro debe ser abierto, lo mismo que la navegación del lago de Nicaragua, que será igualmente abierto para facilitar la comunicación del mar del Sud con el Océano Atlántico, todo lo cual interesa altamente a Inglaterra, le será garantizado por la América Meridional, durante cierto número de años, en condiciones que no por ser favorables lleguen a ser exclusivas”.
Los gringos, al convertirse en imperio, no permitieron que los ingleses construyeran el Canal de Panamá. Les dijeron:
—Esta verga es nuestra y lo construimos nosotros. Si se quieren arrechar arréchense.
Además, esos carajos tienen costa en los dos océanos. Más jodida la vaina.
Creo que nadie previó que los del norte fuesen a convertirse tan rápido en imperio, van a decir que Bolívar sí lo hizo. Bolívar en su pelea con los gringos estaba actuando como agente inglés, tenía que hablar mierda de esos carajos porque los ingleses estaban poniendo pertrechos y ejército. Nogoda.
Una parranda de comemierda es lo que hemos sido. Y el guevón del mortadela eterna hablando mierda por esa jeta. Otro comemierda más.
“9° Puede invitarse a los Estados Unidos de América a formar un tratado de amistad y alianza. Se le garantizará en este caso la posesión de las dos Floridas y aun la de la Louisiana, para que el Mississipi sea la mejor frontera que pueda establecerse entre las dos grandes naciones que ocupan el continente americano. En cambio los Estados Unidos suministrarán, a su costa, a la América Meridional un cuerpo auxiliar de 5.000 hombres de infantería y 2.000 de caballería mientras dure la guerra que es necesaria para obtener su independencia”.
Jodieron a México, sin que éste se enterara, al establecer la frontera de los Estados Unidos. Una verga por otra.
Después en 1817, Bolívar se aventura a liberar a la Florida. Ya esa verga estaba repartida desde hacía rato. Lo que los ingleses hicieron fue hacerle una prueba de lealtad. Qué más coño iba a hacer. No le quedaba otra.
“10. En caso de que la América Meridional sea, después de concluida la paz, atacada por un enemigo cualquiera, los Estados Unidos de acuerdo con el tratado de alianza defensiva que se celebre, suministrarán el número de tropas de tierra que se estipula en el artículo anterior. El contingente de la América Meridional será representado por una suma en metálico”.
Aquí ya está establecida la Doctrina Monroe, que los Estados Unidos aplicaron cuando El Cabito estaba en el poder. Porque la planta insolente del extranjero y no sé que más guevonadas. Lo que los gringos hicieron fue ponerse duros y mandaron a parar, sino esos coño e madres alemanes nos hubiesen jodido, porque se querían coger estas tierritas.
Por más arrecho que hubiese sido el compadre Cipriano.
Por eso sospecho que los gringos compraron el “Acta de París”, o se la arrebataron a los ingleses, y se quedaron con toda esta vaina. Y uno creyendo en esa vaina de la soberanía y la independencia de los pueblos.
Si me lo mamai en cruz.
Y aquí viene lo bueno, párenle bolas:
“11. Respecto de las islas que poseen los hispano-americanos en el archipiélago americano, la América Meridional sólo conservará la de Cuba, por el puerto de la Habana, cuya posesión —como la llave del Golfo de México— le es indispensable para su seguridad. Las otras islas de Puerto Rico, Trinidad y Margarita, por las cuales la América Meridional no tiene interés directo, podrán ser ocupadas por sus aliados, la Inglaterra y los Estados Unidos, que sacarán de ellas provechos considerables”.
Nogoda, hasta a la Margarita la regalaron esos hijos de puta. Con razón es que en todas esas islas que hacen la curva del Mar de Las Antillas se habla cualquier guevonada menos español. Por eso es que los ingleses se quedaron con Trinidad y Tobago, y hasta Las Malvinas y nadie dijo un coño. Qué iban a decir. Se estaban cobrando lo que iban a poner en las guerras de independencia. Así de sencillo, nos lo metieron doblado.
A los comisarios americanos no les interesaban esas islas. De verga Cuba y esa mierda estuvo bajo el imperio español hasta el inicio del siglo 20 cuando los gringos, con una trampa, se la arrebataron a los españoles, sino esa verga todavía seria colonia de España.
Ni Maradona cuando le metió los 2 goles a los ingleses, en México 86, sabía que Las Malvinas sabían sido negociadas dos siglos atrás. No se sabe cómo los dominicanos siguieron hablando español y cantando bachata, si esa verga a nadie le interesaba.
O cuando Estados Unidos le cayó a coñazos a Grenada que se quiso alebrestar. Le enviaron unos marines y los recoñacearon. De bola, esa verga ya era de ellos. O van a decir qué no. Digan que no. Si en el “Acta de París” de 1797 les dieron todas esas islas, vaya a la verga.
Que uno no sepa esa vaina es otra cosa. El guevón es uno.
Coño, hoy en día habría que sacar pasaporte para ir a beber a Margarita.
Hasta playa Pantaleta y playa culito las iban a regalar.
No jodan.
“12. El paso por el Istmo de Panamá, lo mismo que por el Lago de Nicaragua, será franco igualmente para todas las mercaderías de ciudadanos de los Estados Unidos; asimismo la exportación de los productos de la América del Sud podrá hacerse en los buques de aquella nación. Los americanos del Norte deben ser para nosotros lo que los holandeses han sido por tanto tiempo para las potencias del Norte, es decir, los que hagan de preferencia el comercio de cabotaje”.
Por qué creen que los Estados Unidos construyeron el Canal de Panamá. Porque esa verga era de ellos. Por lo mismo jodieron a Torrijo y se llevaron al guevón aquel que se quiso dar de arrecho.
A Fidel lo dejaron ahí porque era un rolitranco de guevón, que les servía a sus intereses.
“13. Las operaciones militares en nuestro continente americano, así como los arreglos que se hagan para ellas con los Estados Unidos de América e Inglaterra, a propósito de los auxilios que esas potencias nos concedan como aliadas para obtener nuestra independencia, serán confiadas, mientras dure la guerra, a la experiencia consumada, a la pericia y al patriotismo de nuestro compatriota y colega Don Francisco de Miranda, nacido en Caracas, en la Provincia de Venezuela; los importantes servicios que desde hace quince años viene prestando a la causa de la independencia de nuestra patria, le dan títulos y derecho incontestables para ese cargo”.
La vaina estaba cuadrada. Lo que pasaba es que Inglaterra estaba midiendo la vaina con España y no se podía lanzar de una. Por eso, hubo que esperar hasta el siglo 19 para impulsar los procesos libertarios en la América española. Francia había da tumbos de república a monarquía y vuelto a república, aquello era un verguero allá en la Francia.
Los de aquí, los caraqueños, estaban entusiasmados con la Revolución Francesa, Miranda no. Porque había visto actuar al Robespierre y al Marat. Y no comulgaba con esa revolución.
Aquí adentro los orientales le tenían ojeriza a los centrales. La vaina no era tan homogénea como creía Miranda; en eso estaba equivocado y por eso se pisó una bola con el desembarco en La Vela de Coro. Le comieron el coco, al decirle que todo estaba listo para un proceso independentista.
En esta verga le meten mucha mentira a la gente, la muela es pareja. Somos ladinos con el lenguaje.
Los franceses apoyaron a los angloamericanos cuando eran monarquía, pero Miranda no quería ese apoyo cuando eran revolución.
“Mediante la misma, le solicito al ministro el permiso de llegar hasta él, con el fin de saber lo que hubiera hecho Inglaterra durante mi ausencia o lo que ella quisiera hacer en pro de las Colonias Hispanoamericanas a las que había prometido en 1790 (por lo estipulado en Hollwood) que en caso de guerra entre España e Inglaterra, esta última las apoyaría para que obtuvieran su Libertad e Independencia, tal como lo hiciera Francia con las del Norte en 1778”.
En la Primera República esta verga era un solo arroz con mango, un solo verguero, filosóficamente era un coge culo. Donde nadie se entendía y le quería meter la mano a la plata del erario público.
Miranda que no confiaba en los criollos americanos, capituló. Aunque Miranda sabía muy bien que los españoles nunca habían respetado ninguna capitulación en América, porque desde la insurrección de Caracas en1750 a los españoles les sabía a mierda cualquier rendición. Por eso Monteverde se pasó por el forro la capitulación de la Primera República y ahí mismo comenzó la barbarie de la “Guerra a Muerte.
La verga más bárbara que se ha dado en la América.
En la “Guerra a Muerte”, el trujillano Antonio Nicolás Briceño le mandó a Bolívar unos sacos llenos de cabezas de españoles sin importar ni la edad ni el sexo de los decapitados, y por esa vaina de verguita el Bolívar no lo mandó a fusilar. Esos son los mismos sacos de cabezas que García Márquez narra en “El Otoño del Patriarca”.
“La cooperación de los Americanos del Norte es vivamente deseada, pues ellos son nuestros vecinos, nuestros hermanos en la libertad y, al fin y al cabo, incluso nuestros propios compatriotas. . . Le enseñaré unas instrucciones que llevo conmigo y que son una confirmación de lo que se había hecho en Hollwood en 1790”.
Miranda siempre quiso la cooperación de los angloamericanos, por ellos sentía admiración y respeto. Habían hecho su Guerra de Independencia. Es con el Bolívar que empieza ese enfrentamiento con los Estados Unidos, pero repito Bolívar actuaba como agente inglés, aunque muchos se arrechen, pero así fue esa verga. Y no es que el Bolívar fuese un traidor ni nada de eso, era un pacto con los ingleses que había que respetar.
Un viejo pacto que le costó mucho esfuerzo a Miranda.
No fue pelar mandarina.
Miranda plantea la siguiente forma de gobierno para la América:
“Este debe ser mixto y similar al de la Gran Bretaña. Lo integrará un Poder ejecutivo representado por un Inca provisto del título de Emperador. Este será hereditario”.
El Miranda admiraba, como muchos europeos continentales, la forma de gobierno que los ingleses habían implementado, es decir, la monarquía parlamentaria que hasta estos días aún conservan esos carajos. Era esa la forma de gobierno que quería implementar en esta vaina.
Esa monarquía parlamentaria era lo que Miranda quería implementar en esta sucursal de Bangladesh.
Pero aquí había muchos demócratas y republicanos que se opusieron a esa forma de gobierno. Además, estaban los federalistas que aportarían sus cuotas en la Guerra Civil que acabó con los mantuanos e impuso a los pardos con pseudo-mentalidad de mantuanos.
La verdad es que Miranda no entendió lo que era el mestizaje americano, la pardocracia. Porque él pensaba como los criollos caraqueños. Esa es la verdad. Asunto que no le quita la grandeza al “Precursor”.
El Miranda fracasó en la Vela de Coro y en la Primera República. No tenía otra. En ese momento era más un sueño que una realidad. Hasta el día de hoy los americanos del sur no sabemos qué somos, cómo coño lo iba a saber Miranda. Muchos menos después que le había machucao los peos a la Catalina.
Somos un batiburrillo de vainas raras. Oímos a unos comemierdas hablar de lo nuestro americano y otras guevonadas, pero se arrechan con el regueton y con cualquier verga que no huela a Europa.
Somos discrepancia y desarmonía.
Pero esos carajos fueron arrechos hicieron las Guerras de Independencia en todo el continente echándole bolas parejo. Se reventaron la madre unos contra otros, y eso que eran vecinos desde hacía años. En Venezuela, la Guerra de Independencia fue salvaje. No sé cómo fue en los otros países, que cada quien que cuente su historia.
Miranda era cuatriboleao, se jodió el cuero, es la verdad. Si el hombre hubiese sido más joven, cuando volvió a esta verga, le hubiese partido la madre a esta parranda de coños e madres.
Así ha sido el proceso en la América. No ha sido fácil, rudo y duro ha sido.
Una pregunta queda en el aire.
¿Por qué Inglaterra no rescató a Miranda cuando aquí lo entregaron y los españoles se lo llevaron para La Carraca?
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